Economía
Estado del Bienestar

Problemas en las pensiones: la deuda de la Seguridad Social se dispara un 33% en un solo año

La deuda de las Administraciones de la Seguridad Social crece a pasos agigantados, revelando la crisis en la financiación de este pilar del Estado del Bienestar que sostiene las nóminas de los pensionistas en España. El volumen de endeudamiento de la Seguridad Social asciende ya a 55.024 millones de euros, un 33,5% más que hace un año, según los datos que ha difundido el Banco de España.

Si en diciembre de 2019, el último dato disponible, la deuda de este sector del sector público ascendía a 55.024 millones de euros, un año antes, en diciembre de 2018, era de 41.194 millones, lo que refleja el elevado déficit que soporta este sistema encargado de pagar las nóminas de los jubilados, entre otros asuntos. En este epígrafe también se incluyen, por ejemplo, las prestaciones de desempleo.

El incremento del pasivo de la Seguridad Social es de 13.830 millones de euros en apenas doce meses, reflejando asuntos como el envejecimiento de la población y el coste para las arcas públicas de la subida de las pensiones impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez, que continuará en 2020.

Hoy, de hecho, comienzan las negociaciones del Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados, que tiene como misión la aprobación de una reforma que dé sostenibilidad a este pilar fundamental del Estado del Bienestar. Sobre la mesa, consagrar la vinculación de la subida de las jubilaciones con el IPC, algo pone en duda la estabilidad a futuro según han avisado numerosos analistas.

El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, advertía en 2018, cuando gobernaba aún Rajoy, que indexar las pensiones a la inflación supondría un coste extra de más de 7.000 millones de euros en 2023 y de más de 12.000 millones en 2030. Ahora, desde su puesto en el Consejo de Ministros, se ha comprometido a apostar esta revalorización.

El mal precedente de Japón

El impacto de una crisis en las pensiones puede reflejarse, al final, en el crecimiento económico, que ya está afrontando una fuerte desaceleración.  Japón es un precedente preocupante al que hay que mirar con atención. De hecho, la economía nipona sufrió un fuerte desplome en el cuarto trimestre, del 6,3% del PIB anualizada, como consecuencia de una subida del IVA desde el 8% al 10% para abordar el incremento del coste de las pensiones y la sanidad derivado del envejecimiento de la población.

El problema es que el Estado no tiene ahorros para afrontar una eventual crisis, que afectaría sin duda a las pensiones. La hucha de las pensiones, técnicamente «el Fondo de Reserva de la Seguridad Social», ya sólo sirve para pagar una semana de las jubilaciones si se tiene en cuenta que se necesitan más de 300 millones de euros de media al día para hacer frente a las nóminas que han adquirido su derecho a la jubilación.