Economía

La permisividad de Colau con los ‘okupas’ en Barcelona dificulta la venta de inmuebles a Altamira

Altamira Real Estate tiene problemas para sanear sus activos inmobiliarios en Barcelona por la permisividad del Ayuntamiento de Ada Colau con el movimiento ‘okupa’. La inmobiliaria, participada por Santander (15%) y la estadounidense Apollo (85%), gestiona las carteras inmobiliarias de Sareb, BBVA y la entidad de Ana Botín.

El departamento de saneamientos de la inmobiliaria está teniendo serias dificultades para vender las viviendas que tiene en cartera en la ciudad condal desde que Barcelona en Comú (BComú) gestiona el Consistorio, según confirman a OKDIARIO fuentes cercanas a la compañía.

Altamira Real Estate, según datos de la propia empresa, tiene en marcha el desarrollo de más de 200 promociones de obra nueva y entregará alrededor de 8.000 viviendas nuevas hasta el año que viene. Sin embargo, la inmobiliaria sigue deshaciéndose del ladrillo que tiene en cartera de Sareb, Santander y BBVA.

La venta de activos en Barcelona, según aseguran a este periódico, está siendo un dolor de cabeza para el departamento de saneamientos de Altamira Real Estate por la condescendencia de la ex activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) con los ‘okupas’ en la ciudad condal.

De hecho, según datos del propio Consistorio, las ‘okupaciones’ ilegales en Barcelona se han disparado hasta un 66% en solo seis meses desde Colau es alcaldesa de la ciudad catalana. El equipo de Barcelona en Comú (BComú) confirmaba en el pleno municipal que se ha pasado de 642 ocupaciones ilegales a 1.065 en medio año, concretamente desde finales de 2015 a julio de 2016.

Han pasado ya alrededor de dos décadas del movimiento ‘okupa’ en Barcelona, sin embargo, tras la llegada de Colau, el Ayuntamiento ha tendido la mano a esta tendencia que se creía olvidada y que pone en apuros a las inmobiliarias como Altamira Real Estate.

El Gobierno de Barcelona en Comú tiene integrantes que han sido okupas, de modo que al llegar al sillón de mando optó por cambiar de estrategia y mantener los edificios ‘buques insignia’ del movimiento en pie y no desalojarlos. De hecho, la Guardia Urbana dejó de realizar intervenciones de desahucio junto a los Mossos.

Una visión de la realidad de la alcaldesa que choca de lleno y de frente con la legalidad vigente. El fenómeno ‘okupa’, a pesar de llevar en desuso varios años, comenzó a dispararse al comienzo de la crisis económica estos colectivos han ‘okupado’ pisos vacíos de propiedad privada, incluso, la PAH ‘okupó’ bloques enteros de la Sareb.

“Condescendiente”, “permisiva” o “aliada” son algunas de las críticas que recibe Colau de manera recurrente por la oposición en el Consistorio por su ‘vista gorda’ con los ‘okupas’ de Barcelona. Joaquin Forn, desde CIU, defiende que “quiere seguir siendo la activista antisistema” y cree que “con su actitud legitima un movimiento que hoy se siente más fuerte que nunca”.

Por su parte, Ciudadanos califica de “intolerable” que Colau deje “impune la ‘okupación’ ilegal de edificios”. Y el PP, uno de los partidos más críticos con el Gobierno municipal, denuncia que “sus políticas multiplican el fenómeno y generan efecto llamada”.