Economía
Ayudas públicas

Palo para las amas de casa: estos motivos podrían dejarte sin jubilación

Cuáles son las ayudas a las que se tiene derecho tras ser ama de casa

Las prestaciones no contributivas que existen y el importe de éstas

Ama de casa: esta ayuda de más de 5.000 euros te interesa

La sociedad ha cambiado y evolucionado y en lo que a mercado laboral se refiere, en la actualidad la tasa de población activa en España corresponde a casi el 64% de los hombres y a un 54,3% de las mujeres, según datos del portal Statista. Hombres y mujeres trabajan aunque todavía existe entre ellos una diferencia significativa que en décadas y generaciones anteriores era muchísimo más marcada, teniendo en cuenta que la gran mayoría de mujeres eran amas de casa.

Por suerte los tiempos cambian y las mujeres ya no se dedican exclusivamente a «sus labores», aunque esto no quiere que en España, como en cualquier otro país, no hayan amas de casa. Sin embargo cada vez son menos. De hecho, el número de mujeres que se dedican tan sólo a las labores del hogar sin remuneración, ha bajado en los últimos años hasta los 2,8 millones, lo que supone una cifra del 43% menos que en 2002, señala la  Encuesta de Población Activa (EPA), así que como decimos, todavía hay personas que no ejercen actividad económica alguna y que se dedican al cuidado del hogar siendo mayoritariamente mujeres aunque también hay algunos hombres que son «amos de casa». Personas que al final no contribuyen en lo que respecta a cotizar para la Seguridad Social de modo que al llegar a la edad de jubilación no tienen acceso a una pensión contributiva. Sin embargo, esto no quiere decir que no vayan a cobrar nada para vivir durante sus años de jubilación. De hecho existen unas ayudas no contributivas que gestiona el  Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) junto a las Comunidades Autónomas y que es importante conocer.

Las amas de casa y su jubilación

En la actualidad, es innegable que la sociedad ha avanzado de manera significativa en términos de igualdad de género. Las mujeres han logrado abrirse paso en el mercado laboral, participando en la vida económica y profesional con una presencia cada vez más igualitaria. Sin embargo, en muchos hogares, todavía persiste la figura de la ama de casa, esa mujer que se dedica en cuerpo y alma a las tareas del hogar y al cuidado de la familia, una labor que, aunque muchas veces invisibilizada, es esencial para el bienestar de la sociedad. No sólo mujeres, sino también algunos hombres, eligen o se ven obligados por circunstancias a dedicarse exclusivamente a lo que en tiempos se denominó «sus labores».

A pesar de su importancia, el trabajo doméstico no remunerado tiene una gran desventaja: no cotiza a la Seguridad Social. Esto significa que, al llegar la edad de jubilación, quienes han dedicado su vida a estas tareas no tienen derecho a una pensión contributiva, es decir, aquella que se obtiene tras años de cotización en el mercado laboral. Sin embargo, existen ayudas y prestaciones no contributivas a las que pueden acceder, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos.

Por ello, es crucial estar bien informados sobre los derechos y opciones disponibles para quienes no han cotizado a lo largo de su vida laboral, pero que, sin embargo, merecen una vejez digna. Muchas personas desconocen que, aunque no hayan acumulado cotizaciones suficientes para una pensión contributiva, existen mecanismos de protección social que pueden garantizarles un ingreso en la tercera edad. Pero, para acceder a estas ayudas, es necesario cumplir como decimos a una serie de requisitos y trámites que no deben pasarse por alto, ya que podrían ser la diferencia entre tener una pensión o quedarse sin ella.

Ayudas económicas no contributivas

En España, existen prestaciones no contributivas gestionadas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) y también por las comunidades autónomas. Estas ayudas están diseñadas para garantizar un mínimo de subsistencia a quienes no han podido cotizar lo suficiente, o en absoluto, durante su vida laboral.

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones define las pensiones no contributivas como «prestaciones económicas que se reconocen a aquellos ciudadanos que, encontrándose en situación de necesidad protegible, carezcan de recursos suficientes para su subsistencia en los términos legalmente establecidos, aun cuando no hayan cotizado nunca o el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo». Este tipo de ayudas asegura a todas las personas mayores de 65 años, y que se encuentren en situación de necesidad, una pensión que les permita vivir con dignidad, además de otros beneficios como asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios.

Requisitos para acceder a una pensión no contributiva

Para poder beneficiarse de estas pensiones, es necesario cumplir con una serie de requisitos específicos. El primero de ellos es haber alcanzado los 65 años de edad. Además, el solicitante debe carecer de ingresos anuales superiores a 7.250,60 euros, una cifra que se ajusta periódicamente. Otro de los requisitos es residir en territorio español y haberlo hecho durante al menos diez años desde que se cumplieron los 16 años de edad, de los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud de la pensión.

Además de estos requisitos generales, existen algunas situaciones específicas que también se deben tener en cuenta. Por ejemplo, si la persona que solicita la pensión no contributiva convive con familiares y sus ingresos conjuntos superan ciertos límites, el derecho a la pensión podría verse afectado. Estos límites varían según el número de convivientes y su relación con el solicitante. Por ejemplo, si el solicitante convive con su cónyuge y/o parientes consanguíneos de segundo grado, la suma de los ingresos de todos los miembros de la unidad familiar no debe superar los 12.326,02 euros anuales. Si entre los convivientes se encuentra alguno de sus padres o hijos, el límite se incrementa significativamente.

La cuantía de la pensión no contributiva

La cuantía de la pensión no contributiva depende de varios factores, entre ellos el número de beneficiarios dentro de la misma unidad económica de convivencia y los ingresos totales de dicha unidad. Para el año 2024, la cuantía máxima de esta pensión está fijada en 517,90 euros mensuales, lo que equivale a 7.250,60 euros anuales. No obstante, esta cantidad puede variar si la persona solicitante tiene ingresos propios o si convive con otras personas que también perciben este tipo de pensiones.