¿Cómo nacen las ideas de negocio?

Negocio
Lluvia de ideas para un negocio

Cada día, emprendedores de distintos ámbitos piensan ideas que, una vez desarrolladas, se convierten en un negocio. Pero, ¿de dónde salen estas ideas? El origen puede ser muy variado pero, sobre todo, es el resultado de los conocimientos sobre un sector en el cual se ha estado trabajando, de la experiencia profesional o de la interacción con el entorno. Así pues, en general, podemos afirmar que las nuevas ideas proceden de las siguientes fuentes:

  • Nuevas tecnologías: es el fenómeno que está provocando más cambios en la actualidad, en una tendencia que seguirá en un futuro. Fenómenos como la robotización transformarán por completo la estructura laboral de todo país y, a la vez, las relaciones humanas.
  • Descubrimiento de nuevas preferencias o tendencias: hay quien cree que ya no quedan prácticamente necesidades para satisfacer. La verdad, pero, no es así. Las preferencias son cambiantes y, además, una vez cumplida y satisfecha una necesidad, pueden aparecer otras que hasta el momento no se habían tenido en cuenta porque había la prioridad de solucionar las anteriores.
  • Variaciones en el contexto social: en un mundo como el actual, en que existe libertad de movimientos entre personas y en el cual es posible conocer al instante todo aquello que ocurre en el entorno, los cambios se aceleran. Así, en una misma ciudad o pueblo, comparten espacio personas de orígenes muy distintos. Del mismo modo, las preferencias son más volátiles. Cuando se da alguno de los fenómenos comentados, la fisonomía de un barrio puede cambiar por completo. Este hecho da lugar a nuevas oportunidades de negocio (como por ejemplo relacionados con la cultura o tradición de otros países) que en su momento no existían.
  • Encontrar distintas utilidades a un producto: un producto que lleva mucho tiempo en el mercado puede perder su atractivo con el paso del tiempo. Cada vez más, los clientes existen innovaciones y les gusta probar cosas distintas a las existentes. En este momento, el producto puede sufrir, después de una fase de maduración estable, el inicio del declive. Para evitar que ello pase, en algunos casos, tampoco es necesario desarrollar grandes cambios. Sencillamente, encontrar otra utilidad distinta puede otorgar a aquel servicio o producto que parecía obsoleto una nueva imagen de modernidad.
  • Asociación con algún negocio complementario existente: aquellas personas con una experiencia laboral más larga y que han trabajado en más empresas, lógicamente, conocen a más personas y disponen, en teoría, de más conocimientos sobre el sector en el cual han trabajado. Puede parecer algo secundario, pero la realidad es que muchas ideas nacen de la asociación entre personas que, en algún momento, han compartido espacio laboral y han sentido que había un entendimiento entre ellas. En el ámbito empresarial, el feeling entre emprendedores es clave para la supervivencia de toda empresa, ya que permite ir a la una y superar con mayor entereza las situaciones más complejas.
  • Descubierta de canales de comunicación y distribución distintos: un producto que satisface necesidades a un público concreto puede que no esté al alcance de éste porque no se ha dirigido correctamente la comunicación hacia ellos. Si se consigue, se abre el espacio a la totalidad del público objetivo real sin necesidad prácticamente de cambiar nada en el producto existente.

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