Economía
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Moncloa filtra que Abanca o Unicaja pueden ser compradas por Sabadell para frenar la OPA de BBVA

El Ejecutivo de Pedro Sánchez señala a Unicaja y a Abanca como un indicador de las fusiones que sí aceptaría

Ninguna de estas operaciones encajaría en los criterios de mantenimiento de negocio y gobernanza de Abanca

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Hace poco más de una semana Moncloa decidió que, dentro de las fórmulas para frenar la OPA de BBVA sobre Sabadell, también ofrecería Abanca y Unicaja en Europa. Decirle al Banco Central Europeo, en concreto, que el Ejecutivo no es contrario a una fusión, ni a la concentración bancaria que piden desde Frankfurt y Bruselas, pero que la idea de BBVA con Sabadell es rara. En esa línea, el Gobierno perfiló dos frentes de batalla: el primero, una consulta popular que le sirva para justificar la intervención; el segundo, dejar caer que es mejor que las fusiones se produzcan en otras direcciones. Y comenzaron una serie de filtraciones (también llegó el run-run a OKDIARIO) que, decían, venían de fuentes de propio sector bancario.

Una estrategia de filtraciones orientada a desviar el foco de una operación que incomoda a los socios nacionalistas del Gobierno. La realidad es que impedir la OPA de BBVA sobre Sabadell puede tener, y seguramente tiene, muchos argumentos a favor para el propio Ejecutivo. Pero para poder intervenir, el Gobierno de Pedro Sánchez tiene que justificar que «existen razones distintas a las de Competencia», porque la CNMC ya ha dado su dictamen. La consulta pública busca cargar de razones esa intervención.

La segunda parte de los movimientos de Moncloa en los últimos seis días ha sido más compleja, lanzando mensajes a determinados medios sugiriendo un presunto interés del Sabadell por adquirir Abanca o Unicaja, a pesar de que en estos momentos no existen conversaciones activas en ese sentido, como no dejan de confirmar las propias fuentes del sector. Y ni Abanca ni Unicaja quieren tampoco ser comprados, pero la preocupación del Ejecutivo es menor con gallegos y andaluces de lo que lo es con catalanes o vascos. De hecho, cualquier operación para en la que se hable de Abanca debe de cumplir con el criterio de mantenimiento de negocio y de gobernanza de la entidad. Tienen un sólo accionista, y cualquier conversación con el banco requiere la aceptación de los criterios mencionados.

Diversas fuentes del sector financiero confirman que no se están produciendo negociaciones formales entre Banco Sabadell y las entidades Abanca o Unicaja. En este contexto, la hipótesis de que Sabadell acabe comprando un banco andaluz o gallego como Unicaja o Abanca permitiría al Gobierno evitar un conflicto con sus socios nacionalistas (e incluso con el propio PSC de Salvador Illa), preservando al mismo tiempo una narrativa de concentración bancaria que no genere tensiones territoriales.

El rechazo público del Ministerio de Economía a la OPA lanzada por BBVA, unido ahora a estas filtraciones interesadas, refuerza la tesis de que Moncloa no ve con buenos ojos la integración entre las dos grandes entidades, como no la ve bien tampoco el propio Sabadell, que trata de evitarla con argumentos en base a la pérdida que supondrá para las pymes que el banco con mejores condiciones para ellas pueda desaparecer.

Desde Banco Sabadell, por el momento, se guarda absoluto silencio sobre estas supuestas intenciones. Por parte del Ejecutivo tampoco se ha hecho ninguna declaración oficial al respecto.

La CNMC y sus condiciones

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó hace más de una semana la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell, tras aceptar una serie de compromisos destinados a preservar la competencia, especialmente en el segmento de financiación a pequeñas y medianas empresas. La decisión se produjo exactamente un año después de que la entidad presidida por Carlos Torres formalizara su primer intento de fusión amistosa con Sabadell.

Según detalló el organismo regulador en un comunicado, el visto bueno llegó tras una extensa reunión de la Sala de Competencia, que se prolongó durante toda la jornada y concluyó pasadas las 19.30 horas. El dictamen fue aprobado por unanimidad por los cinco miembros del pleno, incluida su presidenta, Cani Fernández. Fuentes conocedoras del proceso señalaron que las negociaciones se alargaron precisamente para alcanzar ese consenso total y evitar votos particulares, con el fin de reforzar la solidez de la resolución.

El punto clave para la luz verde fue la aceptación de los compromisos presentados por BBVA, entre los que destaca la obligación de mantener el volumen de crédito a pymes durante tres años, tal y como adelantó OKDIARIO. Esta condición tenía como objetivo mitigar el impacto que la concentración bancaria podría provocar en uno de los sectores más vulnerables ante una posible reducción de la oferta crediticia.

“Una vez concluida la investigación en segunda fase, la CNMC consideró que los compromisos que presentó BBVA eran adecuados, suficientes y proporcionados para solucionar los problemas que esta concentración suponía para la competencia en los mercados afectados”, recogía el comunicado oficial.

Con esta resolución, la OPA de BBVA sobre Sabadell superó uno de sus principales obstáculos regulatorios en España. Queda ahora pendiente el análisis de otras autoridades europeas, así como la respuesta de los accionistas de Sabadell, para cerrar una de las mayores operaciones de fusión bancaria de la última década.