Economía

Isolux se sigue poniendo guapa para su venta y empieza a ejecutar su plan de pago a proveedores

Isolux Corsán ya ha comenzado a ejecutar el plan de pago al 25% de sus proveedores con los que ha alcanzado un acuerdo para reestructurar 2.000 millones de deuda. Un movimiento más en la que es una clara declaración de intenciones por parte de la compañía: nos estamos poniendo serios para volver al buen camino empresarial. Algo que, conscientes de ello en Isolux, atraerá a potenciales compradores, como el chino HNA.

Isolux tenía con sus proveedores una deuda comercial de más de 60 días por importe de 332 millones de euros, mientras que la deuda vencida en más de 180 días ascendía a unos 200 millones.

La nueva Isolux Corsán, capitaneada por Nemesio Fernández-Cuesta, se ha puesto a trabajar en la elaboración de un plan estratégico con horizonte 2020, que tendrá el foco puesto en la generación de caja, el aumento de la cartera y la reducción de los costes de estructura.

Esta nueva etapa ya ha conllevado la remodelación de su estructura organizativa, la reducción del número de empleados (se ha cerrado un ERE para 435) y directivos, la simplificación de su organigrama, así como el refuerzo de la gestión de las unidades de negocio regionales.

Isolux perdió 272 millones en el primer semestre del año, lo que supone multiplicar por más de 15 los números rojos registrados un año antes tras el traspaso de concesiones a PSP, la caída de la actividad por la falta de liquidez del grupo y el incremento de los gastos financieros.

El plan estratégico, sin embargo, parece estar diseñado para la venta del grupo, tal y como confirmaron trabajadores e incluso directivos de Isolux a OKDIARIO. Y es que, con este tercer despido colectivo que afecta al grupo, la plantilla ha terminado estallando. “La realidad se ha ido viendo”, explica un directivo de la compañía que prefiere mantener su anonimato, “todo son mega-proyectos con mega-pérdidas, no acabados, rescindidos por dudosas prácticas de nuestros directivos en ciertos países, etc.”.

Las mismas fuentes señalan que en el verano de 2012, cuando se produjo el primer ERE, la plantilla entendió la necesidad de reestructurar la empresa para alcanzar mayores beneficios y competitividad. Sin embargo, a partir de diciembre de 2012 comenzaron las primeras “tensiones” de tesorería, con lo que se comenzaron a dar los primeros retrasos en los pagos a proveedores. “Retrasos que desde entonces no hicieron otra cosa que ir creciendo y agravándose cada vez más”, señalan fuentes de la compañía.

El segundo ERE se produce un año más tarde, en verano de 2013. En esta ocasión, Isolux alega el mismo motivo: reestructurar la empresa para ser mejores. En esa etapa, son varios los trabajadores que cuentan que tenían ya entonces “una colección de organigramas que iban cambiando cada tres meses, con nombramientos y más nombramientos de directores para puestos de dudosa necesidad, y despidos o salidas de otros directores con indemnizaciones millonarias”.

Ahora, sin embargo, la cosa parece estar cambiando. La estrategia es clara: saneamiento express para ser absorbida con el menor lastre posible. Y lo cierto es que la venta de negocios clave, pone en duda la viabilidad de la empresa por sí sola.