Economía
Crisis del turismo

Los inversores internacionales, preocupados por la campaña de verano ante el retraso de la vacunación

La inestabilidad política no genera inquietud en los mercados pero sí la actuación del BCE

Los cierres perimetrales disparan las cancelaciones: la ocupación hotelera no alcanzará el 20%

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Empieza a cundir una fuerte preocupación entre los inversores internacionales con intereses en España sobre la posibilidad de que se pierda también  la campaña de verano, lo que podría ser una verdadera catástrofe para nuestra economía. La razón es la lentitud de la campaña de vacunación en nuestro país y en el conjunto de Europa, que puede frenar la llegada de turistas extranjeros y favorecer otros destinos. En cambio, la inestabilidad política actual no inquieta demasiado… mientras el BCE siga comprando bonos.

«Es incomprensible la incompetencia de la UE con las vacunas, que está retrasando mucho el proceso en todos los países. Con estos problemas, es casi imposible que se alcance un porcentaje suficiente de población vacunada antes del verano. Y eso puede hundir la campaña de verano», señala un gestor de fondos de la City de Londres.

Como es sabido, la UE ha sufrido todo tipo de contratiempos con la compra y distribución de vacunas: lentitud en las aprobaciones de la Agencia Europea del Medicamento (sigue sin aprobar las vacunas rusa y china), exportación a terceros países, problemas de suministro, posibles efectos secundarios de la de AstraZeneca que han interrumpido su inoculación en varias ocasiones, etc. Pero mientras otros países, incluyendo Alemania, están dispuestos a comprar otras vacunas fuera del circuito europeo, España sigue sin tener ningún plan B.

Esta lentitud motiva que España, en tres meses, solo haya vacunado (con las dos dosis) al 5% de la población. Una cifra muy inferior incluso a la de otros países de la UE y a años luz de las de Reino Unido o Estados Unidos. Por tanto, a la situación de los turistas en su país de origen -es muy probable que la mayoría no estén vacunados antes del verano- se suma que España se encontrará todavía peor. Lo que temen los inversores es que eso provoque que los turistas prefieran otros destinos donde haya un porcentaje más alto de población vacunada y el riesgo de contagio sea menor. Eso, si no vuelven directamente las prohibiciones de volar a España si este retraso se agrava en los próximos meses.

La temporada de verano, en el aire

Todo ello puede hacer que, después de una Semana Santa a medio gas en el mejor de los casos, la temporada de verano sea un nuevo fracaso. Y eso puede tener unas consecuencias catastróficas para la economía española, dado el peso que tienen el turismo y el comercio: frustraría la recuperación que debería comenzar por fin en el segundo trimestre, después de una nueva contracción en el primero por la combinación de la pandemia y Filomena. El Consejo General de Economistas revisó el miércoles su previsión de crecimiento el PIB en 2021 al 5,6% frente al 9,8% que espera el Gobierno.

A esto hay que añadir el retraso en la llegada de los fondos europeos, que ahora puede alargarse bastante más tras la decisión del Tribunal Constitucional alemán de frenar su aprobación hasta que resuelva un recurso del partido Alternativa por Alemania. Lo cual puede provocar incluso una reducción de la cuantía o incluso, en un caso extremo (hay otros países opuestos), la anulación del programa Next Generation.

Bajando al terreno micro, este escenario implicaría más despidos, más quiebras y más cierres de negocios. Con lo que los 7.000 millones de ayudas anunciados por el Gobierno serían todavía más insuficientes de lo que ya son a día de hoy, a juicio de los hosteleros.

La inestabilidad y el déficit no preocupan… de momento

Frente a esta inquietud por la campaña de verano, la inestabilidad política que sufre nuestro país (elecciones en Madrid, dimisión de Pablo Iglesias, mociones de censura, etc.) no preocupa en absoluto a los grandes inversores, según otro profesional del mercado. «En todo caso, lo ven como algo positivo por si puede cambiar la política de Pedro Sánchez hacia posiciones más promercado, en un escenario de alejamiento de Podemos y acercamiento al PP», señala.

Tampoco hay una especial reacción a los terribles datos de déficit y deuda públicos conocidos esta semana: el 11% y el 120% del PIB, respectivamente. La prima de riesgo apenas se ha movido y sigue por debajo de 0,65 puntos frente al bono alemán. La razón es que el BCE sigue comprando la deuda española, bien directamente, bien a los inversores privados que la adquieren en las subasta del Tesoro.

El problema llegará cuando el Banco Central Europeo empiece a reducir esas compras, algo que está previsto inicialmente para el primer trimestre del próximo año, según declaró su vicepresidente, Luis de Guindos, en la entrevista exclusiva concedida a OKDIARIO.