Economía
Enseñanza digital

Las instituciones académicas apuestan por plataformas que garanticen la trasparencia en la evaluación online

El cambio en el modelo educativo por el covid-19 ha impulsado la digitalización del sector, obligando a las instituciones a buscar soluciones que garanticen los estándares de calidad en las evaluaciones online. De esta forma, las universidades y escuelas de negocio buscan luchar contra el fraude académico con la utilización de plataformas que garanticen la autoría de los trabajos y fomenten el pensamiento original.

Turnitin es la herramienta que lidera este sector, ya que es utilizado por el 65% de las universidades españolas- como es el caso de la Universidad Nebrija, la Universidad Pompeu Fabra o la Universidad Autónoma de Madrid- para garantizar la transparencia de la formación online y luchas contra el plagio en los trabajos y artículos académicos.

El fraude académico en España ha ido adquiriendo desde hace unos años interés nacional con casos mediáticos como el máster de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; el Trabajo de Fin de Máster de la exministra de Sanidad Carmen Montón y la tesis doctoral del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En todos estos trabajos, Turnitin resultó clave, ya que determinó el porcentaje de plagio de cada documento, situando en 58% el índice de similitud del trabajo de la ministra Montón, por el que dimitió, y en 13% el de la tesis doctoral del presidente Sánchez.

La ‘nueva’ normalidad

En el nuevo escenario, salvaguardar la integridad académica y asegurar una comunicación efectiva entre profesores y alumnos en un entorno online se convierte en un desafío aún mayor, y por ello, las instituciones educativas apuestan cada vez más por soluciones innovadoras que les faciliten la equidad en los procesos de evaluación.

La Confederación de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) promueve y recomienda desde el año 2015 el uso de este tipo de herramientas para garantizar la calidad y la autenticidad de sus trabajos.

Desde entonces, las universidades y escuelas de negocio en España recurren a empresas que presentan soluciones tecnológicas educativas que fomenten la adaptación de alumnos y profesores a un escenario cada vez más digital, donde los nuevos métodos de fraude como la contratación de terceros para realizar trabajos o el plagio por código amenazan su integridad.

Los avances más disruptivos en tecnologías de la educación muestran el camino a la comunidad educativa no solo para detectar el fraude 2.0, sino para llegar a la raíz del problema fomentando los nuevos procesos evaluativos.