La incertidumbre: un mal aliado de la economía
Ante un exceso de incertidumbres en el escenario económico, la economía podría verse afectada. Casos extremos de incertidumbre podrían provocar paralizaciones en la inversión, la contratación o el consumo.
En los últimos años, debido a las tensiones entre países y las trifulcas que ha vivido el escenario político y económico, la incertidumbre y la opacidad ha sucumbido el futuro de la economía global. La opacidad no deja vislumbrar el futuro para la economía, generando un mayor miedo en los agentes económicos que conforman las economías.
Y es que, aunque la economía parezca un terreno muy complejo, pues se basa en una ciencia, no debemos olvidar que es una ciencia social y que las decisiones de la sociedad son las que mueven la economía en todo el mundo. Los agentes económicos, ante su percepción y sus intereses, llevan a cabo una serie de acciones que marcan el ritmo de las economías.
Por esta razón, la incertidumbre es un peligroso aliado de la economía. Si observamos los principales indicadores macroeconómicos que se utilizan para medir la economía, uno de estos refleja la percepción de los agentes económicos sobre la economía, un índice que mide la confianza de los consumidores y que muestra las previsiones –por llamarlo de alguna forma- de los ciudadanos acerca del futuro económico.
Estos índices miden la confianza que tienen estos agentes económicos en la economía y lo que ocurrirá con esta en el futuro. Además, estos índices de confianza pueden tomar diversas variables como referencia, pudiendo medir la confianza de distintos agentes, sectores o estratos. Por ello, la medición que realizan estos índices es muy recurrente.
Si observamos el estudio que hemos realizado, tanto las gráficas como los coeficientes de correlación muestran un estrecho acercamiento entre la evolución económica y la percepción de los consumidores en los índices de confianza. Además, según la prueba econométrica realizada, existe una causalidad entre la evolución del PIB real y las percepciones de los consumidores respecto a la confianza en la economía.
Por ello, en un entorno plagado de incertidumbres e inciertos desenlaces, los agentes económicos también muestran una reacción negativa. La percepción negativa de la economía genera unos sentimientos que podrían provocar efectos negativos, agravantes, en las economías, llegando a pronunciar las desaceleraciones económicas, como la que vivimos actualmente.
Ante un escenario donde la economía se encuentra en tendencia decreciente y donde la percepción es pesimista, los agentes económicos se muestran más cautelosos, como es obvio, llegando a incurrir en paralizaciones del consumo, la inversión, o, en el caso de las empresas, la contratación. Pues ante un escenario incierto, la aversión al riesgo de los agentes es mayor.
Si miramos el ejemplo de Reino Unido, para hacernos una idea, ante el riesgo de ‘Brexit’ y el deterioro de las relaciones entre Reino Unido y los países pertenecientes a la Unión Europea, ha provocado un empeoramiento del clima de negocios, provocando una paralización en las inversiones extranjeras en el país, así como en la contratación de personal para las sucursales y oficinas en el país.
Esto viene precedido por lo que comentamos en el artículo, unas percepciones negativas en la economía y que, ante ellas, obstaculizan la maniobra de los agentes económicos, pues asumir riesgos en un escenario incierto está descartado. Por ello, la incertidumbre generada por Reino Unido o Cataluña, por ejemplo, lastraron, principalmente, la economía.
Como hemos comentado al principio, la economía es una ciencia social y por razón de ser, las actuaciones de la sociedad tienen un gran impacto en el desarrollo de la misma. Por esta razón, seguir en un escenario donde los riesgos y la incertidumbre se apoderan del futuro económico es un completo error de estrategia política, por muchos beneficios a futuro que puedan cosecharse.
El bloqueo económico que representa una excesiva carga de incertidumbre, las contracciones en el consumo, el bloqueo en los flujos de inversión o la paralización en las contrataciones solo generan un mayor agravante para la economía, lastrando con ello las condiciones de vida de la sociedad y el estado de bienestar de los países. Por ello, de tener una actuación política responsable, la reducción de incertidumbres es un buen agregado para las economías.
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