Economía
Bancos centrales

¡Gracias Draghi! Por seguir robándonos

Los efectos colaterales del programa de compras de activos son muy peligrosos

Comprar activos y rescatar bancos incrementa el gap entre ricos y pobres

“Sólo el necio confunde valor y precio”. Antonio Machado

En una época muy lejana, bajo el mando del Rey Felipe III, allá por el 1.611, el Duque de Osuna aspiraba ser nombrado virrey de Nápoles, una ciudad empobrecida y saqueada por los temidos corsarios. Pero eso sí, con un poderoso valor estratégico para dominar el Mar Mediterráneo. Fue entonces, cuando el Duque de Osuna; Don Pedro Téllez-Girón, preso de las fascinaciones del corto plazo, menospreció tales ambiciones renegando de sus aspiraciones de virrey, al ver en qué se había convertido su nueva tierra. Entonces fue, allá en medio de la desolación, cuando su amigo y secretario; Francisco de Quevedo, le sentenció una frase que ha quedado en el amparo del saber popular español y que siglos después popularizó el gran Antonio Machado. – “Don Pedro” – le dijo Quevedo – «¡sólo el necio confunde valor y precio!».

Hemos asistido a la dantesca y habitual reunión de los banqueros centrales semanal, que amparados por el marco legal, siguen destruyendo el poder adquisitivo del contribuyente, mediante la devaluación continuada de moneda, ¡imprimiendo más y más billetes! 30 millardos de euros al mes hasta septiembre y 15 millardos de euros hasta diciembre ¡casi nada! y claro, tipos al 0% hasta julio de 2.019. ¡Resumiendo! Un total de 105 millardos de euros para animar los mercados financieros hasta fin de año, ¿qué les parece? ¡una buena fiesta! El BCE ha inyectado en los mercados un total de 2.200 millardos de euros, dejando el balance con un total de activos de 4.400 millardos de euros, ¡una auténtica salvajada señores! La pregunta que me hago es la siguiente; ¿y a nosotros, en qué nos afecta esta decisión?

Bien le haría falta al señor Mario Draghi leer un poco de Machado y recordar el valor estratégico de Nápoles en el dominio de la economía europea del siglo XVII, puesto que la desolación de una economía saqueada, no hacía perder valor a algo de bajo precio. Actualmente, los bancos centrales han logrado de manera indiscutible salvar la economía eficazmente. Sin embargo, los efectos colaterales del programa de compras de activos, ¡son muy peligrosos! Comprar activos y rescatar Bancos privados con dinero público, acaba con el mercado del bienestar e incrementa el gap entre ricos y pobres. La compra de 2.200 millardos de euros en los mercados de Renta Fija y Renta Variable, tienen una incidencia directa sobre la economía especulativa ¡ni lo duden! El incremento del patrimonio en los fondos de inversión, provoca un impacto directo sobre el efecto riqueza. Es decir, que nuestros queridísimos Bancos manipulan al consumidor, animándole a gastar más y haciéndole creer que el precio de sus activos le genera un valor real a largo plazo. La inflación en la economía especulativa, no ha tenido un impacto directo sobre la productiva. Es decir, que la inflación en los mercados financieros no ha llegado al bolsillo del consumidor, en forma de inflación salarial.

Por otro lado, en lugar de destinar un programa de compra de activos sobre las PYMES, es decir, dando una segunda oportunidad a los emprendedores de a pie, el BCE ha permitido refinanciar la deuda de las grandes corporaciones. ¡Vamos allá! Telefónica por ejemplo, ha conseguido reducir en más de 300 millones de euros su deuda, en parte por un menor pago en intereses, como consecuencia de la compra de activos por parte del BCE. Así lo vimos la semana pasada en la presentación de resultados de las compañías de nuestro IBEX 35. Beneficios récord con una tasa de paro por encima del 15%. ¿Alguien entiende algo?

El tercer efecto colateral de las políticas monetarias del BCE, radica en la incapacidad de realizar reformas económicas estructurales por parte de los Estados. Ya sabéis que yo no soy muy amiga del Estado per se! Pero España es un claro ejemplo de ello. La celeridad con la que se realizaron las reformas en 2012, ¡cuando la prima de riesgo apretaba! desapareció en el mismo momento que Europa abrió la puerta para que el Sr. Draghi sacara la manguera monetaria. No es de extrañar, puesto que con un “player” en el mercado bajo capacidad ilimitada, que ¡no haya bajista que apriete! ¿Acaso no es bueno que el propio mercado se autoregule?; ¿Tanto tememos tomar decisiones contundentes, cuando es necesario?; ¿Es imposible que comprendamos el valor del esfuerzo real y del sacrificio? Lo siento por ustedes, pero ¡me indigna sobremanera pensar en todo lo malo que nos enseñó Keynes!

¡Señores! Manipular al consumidor haciéndole gastar en lugar de ahorrar, frenar las reformas de los Estados en pro de un mejor futuro y ayudar a los ricos a ser más ricos, ¡es más una burda patada al problema que una solución real! Quizás por ello, sea complicado entender que el problema radica en la propia solución y que mientras el BCE siga con el grifo abierto, no seremos capaces de juzgar la información con todas las cartas encima de la mesa, por culpa de la enorme injusticia social, provocada por aquellos que de manera arrogante, ¡creen más en Keynes que en Hayek! Pero que a nadie le quede la menor duda, que si bien es cierto que Mario Draghi probablemente quedará en la historia como el “héroe que salvó al euro”; los hechos juzgarán, probablemente en forma de estanflación, el enorme expolio al estado del bienestar, provocado por los banqueros centrales. ¡Ay ay ay! Si Don Pedro levantara cabeza…

Gisela Turazzini es CEO, Blackbird