Economía
Jornada laboral

Giro de 180º confirmado en tu jornada laboral: adiós oficial a hacer horas extra sin cobrarlas

Quién más quién menos ha hecho horas extra en alguna ocasión en el trabajo. A veces de forma voluntaria y sabiendo que se va a cobrar un poco más cuando se cobre la nómina. Pero también se da el caso de personas que trabajan horas de más sin que además, sean pagadas. Algo que parece que por fin llega a su fin con la nueva jornada laboral, que no sólo contempla la famosa reducción de horas de trabajo a 37,5 horas, sino que además lleva a un mayor control de esas horas, incluyendo además las horas extra que a partir de ahora se tendrán que reflejar y como no, ser pagadas.

Y todo se debe por la digitalización del control horario, con la que se abre la puerta a una mayor transparencia, tanto para los trabajadores como para las autoridades competentes. De este modo, vamos a decirle adiós a los cuadrantes de papel y a los registros que se podían manipular para contar, a partir de ahora, con un modelo mucho más riguroso Así, la Inspección de Trabajo podrá acceder en tiempo real a los registros, y las empresas estarán obligadas a justificar cada hora trabajada. De lo contrario, podrán enfrentarse a consecuencias legales y económicas. En resumen: empieza una nueva etapa en la que las horas extra sin remunerar dejan de ser una opción.

Adiós oficial a hacer horas extra sin cobrarlas

La piedra angular de esta transformación es el nuevo sistema de registro horario digital. Ya no se trata de fichar como una mera formalidad, sino de establecer un mecanismo que refleje con precisión el inicio y el fin de la jornada laboral. Cada trabajador deberá registrar personalmente su entrada y salida, y ese dato deberá quedar almacenado de forma segura e inequívoca, sin posibilidad de alteraciones por parte de la empresa.

Esta tecnología permitirá identificar con certeza a la persona que ha fichado, y el tiempo comprendido entre ambos extremos de la jornada será considerado como tiempo de trabajo efectivo. Si alguien permanece más allá de su horario, esa diferencia deberá contabilizarse como hora extraordinaria o complementaria, según corresponda. Se busca así acabar con una de las trampas más habituales en muchos trabajos: el quedarse un ratito de más que a la larga no se cobra.

Las horas extra no sólo se pagan: también se notifican

Una de las novedades que más llama la atención del nuevo sistema es la obligación de entregar al trabajador un resumen mensual de su jornada. Este documento, que se incluirá junto con la nómina, detallará las horas ordinarias, las extraordinarias y las complementarias realizadas en el periodo. De este modo, se refuerza el derecho del empleado a saber cuánto ha trabajado exactamente y cuánto debe percibir por ello.

Este cambio no es menor. Hasta ahora, muchas personas han desconocido si sus horas extra se estaban registrando o si simplemente se esfumaban en el aire. Con este recibo mensual, los empleados podrán comprobar si hay inconsistencias, hacer reclamaciones fundadas y asegurarse de que todo está en orden. Se trata de una medida que refuerza la transparencia laboral y que disuade a las empresas de recurrir a prácticas abusivas.

Un nuevo control para frenar el fraude

La digitalización del registro no sólo beneficia a los trabajadores: también es una herramienta poderosa para la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Este organismo podrá acceder en tiempo real a los datos de jornada de cualquier empresa, lo que agiliza la detección de irregularidades y permite actuar de forma más eficaz.

Además, el peso de la prueba ya no recaerá en el trabajador. Si una empresa no lleva un registro fiable y actualizado, se presumirá que el contrato es a jornada completa, aunque figure como parcial. Esto supone una protección adicional para los empleados más vulnerables, especialmente en sectores donde las jornadas fraccionadas han servido de tapadera para cubrir horarios completos sin declararlos como tales.

Adaptación progresiva, pero con una fecha límite

Aunque la normativa aún debe completarse en el Parlamento y publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el Gobierno ya ha fijado su hoja de ruta: el nuevo sistema debería entrar en vigor antes del verano de 2025. Para facilitar la transición, se ha previsto un periodo de adaptación, especialmente para aquellas empresas cuyos convenios establecen jornadas superiores a las 37,5 horas semanales.

Estos casos tendrán hasta el 31 de diciembre de 2025 para adecuarse al nuevo marco. Es decir, hay margen, pero no indefinido. A partir de esa fecha, cualquier incumplimiento podrá ser sancionado, y la justificación de una jornada distinta deberá estar respaldada por un sistema de control válido y transparente.

¿Y qué sucede con los contratos a tiempo parcial?

El refuerzo del registro también tiene un impacto directo sobre los trabajadores a tiempo parcial, un colectivo históricamente expuesto a abusos en materia de horarios. Las empresas estarán obligadas a totalizar mensualmente sus horas trabajadas y a entregarles un recibo detallado junto con la nómina, reflejando todas las horas, ya sean ordinarias o complementarias.

La normativa introduce una garantía adicional: si no se puede demostrar con datos fiables que un contrato parcial se ha respetado, se presumirá que es un contrato a jornada completa. Esto representa una verdadera revolución para muchas personas que, hasta ahora, han trabajado más de lo estipulado sin reconocimiento alguno. Pero a partir de ahora, ese extra no podrá pasar desapercibido.