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Funcas y los economistas atacan las medidas energéticas de Sánchez por su ineficacia y su coste

Tanto el Consejo General de Economistas (CGE) como la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) han advertido que las medidas llevadas a cabo por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en materia energética no son la solución, ya que suponen un alto coste presupuestario que, si bien ayudan a soportar a corto plazo los efectos de la crisis energética, no aportan una solución duradera al alza de la infalción, agudizando la tensión entre la contención de los precios y el cambio de modelo energético.

El incremento exponencial de los precios de los productos energéticos, y su repercusión sobre los índices de precios de consumo, ha sido la primera y principal consecuencia de la guerra en Ucrania. Tras el estallido del conflicto, Sánchez puso en marcha un plan de choque para afrontar este nuevo escenario de crisis energética donde movilizaba 16.000 millones de euros en diversas medidas económicas, entre las que se encontraban las reducciones fiscales de la factura de la luz o el complemento de 20 céntimos por litro de carburante.

Funcas considera que la efectividad de algunas de las iniciativas, especialmente los recortes no focalizados de tasas o las subvenciones generalizadas al consumo de carburante es de «dudosa» utilidad. «Son medidas de un alto coste presupuestario que, si bien ayudan a soportar a corto plazo los efectos de la crisis energética, no aportan una solución duradera al proceso inflacionista, agudizando la tensión entre la contención de los precios y el cambio de modelo energético», ha advertido el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres. 

El presidente de Cepsa, Maarten Wetselaar, también ha cuestionado el funcionamiento de la rebaja a los carburantes, lamentando que no esté más enfocada a los colectivos vulnerables, en vez de aplicarse de forma generalizada a toda la población. Wetselaar ha apostado por una transición «justa» en la que se perfilen más este tipo de medidas, porque «no hay que darle a todo el mundo de esta sala y a los turistas que vienen a España un descuento de 20 céntimos. Es algo ineficiente».

En la misma línea que Funcas, los economistas ponen el foco en la financiación de estas ayudas. Aumentar el nivel de recaudación, vía incremento de impuestos o vía incremento de la actividad económica, podría permitir financiar parcial o totalmente este exceso de gasto público y que no se incrementara el déficit. Ahora bien, de estas dos opciones, dado que las propias medidas llevadas a cabo por el Gobierno de Sánchez contemplan ciertas bajadas de impuestos, ¿cómo y cuándo podría llevarse a cabo esa subida, si no es vía incremento de la actividad económica? «Un incremento impositivo directo, restaría poder adquisitivo a los ciudadanos y capacidad de inversión y desarrollo de la actividad a las empresas, autónomos y pymes» apuntan los economistas.

Des esta forma, los economistas apuntan a que este paquete de ayudas puede contribuir a aliviar solo una parte de los efectos de esta crisis inflacionista: si se consiguen rebajar los precios de la energía y de los combustibles se amortiguaría su efecto sobre la inflación, las ayudas a los sectores más afectados permitirán que estos puedan seguir produciendo, y será más fácil asumir las dificultades económicas en general para las familias y empresas. Pero, ¿qué pasará después?

«Si los problemas de fondo tuvieran una duración superior a los tres meses, y si se decide prolongar este paquete de ayudas, sin buscar opciones adicionales de paquetes de estímulo y control de mayor calado, los riesgos financieros serían de una mayor consideración y efecto para España teniendo en cuenta los niveles actuales de déficit y de deuda públicos. En ese caso, es muy posible que tengamos que enfrentarnos a una reducción del nivel de consumo, la destrucción de empleo y la ralentización general de la economía» concluyen.