Economía
MERCADOS FINANCIEROS

Los grandes fondos ven complicado volver a invertir en Rusia

Aunque existe cierta cautela dentro de las gestoras europeas, los inversores en Oriente Próximo contemplan comprar en el mejor momento

En los círculos de inversión en estas últimas semanas, se ha vuelto a escuchar la palabra Rusia. El acercamiento gradual entre Washington y Moscú ha despertado las conversaciones de un posible levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos y, con ella, la opción del regreso del negocio internacional a Moscú. En Europa, la respuesta, por ahora, es un contundente no.

Hace unas semanas, apenas unas horas después de que Washington confirmara estar preparando un relevante paquete de sanciones, el mercado ruso levantó cabeza: la Bolsa de Moscú se disparó en un 3% y las acciones de compañías como el google ruso, Yandex, y la red social más popular del país, VK, lideraron el rally.

Al parecer, el mercado ruso ha tomado estas noticias como las primeras señales de un relieve al veto occidental a Rusia, y varios medios afines al Kremlin en el país han publicado noticias falsas acogiendo el regreso de varias multinacionales a Rusia. Estas noticias han sido desmentidas por las propias compañías, según ha adelantado el periódico británico Financial Times.

Aunque las conversaciones de una relajación aumentan en Moscú, se sigue viendo resistencia a este cambio de postura por parte de las gestoras en Europa. Varios gestores de carteras europeos han explicado a este periódico que aunque puede ser posible que Washington relaje las sanciones a Rusia, aún tienen temor a volver a invertir en un mercado con tanto riesgo como Moscú.

Estos gestores han señalado, entre los riesgos, la seguridad y elevados impuestos, en este momento geopolítico tan delicado. Por el contrario, en Europa se observa una creciente tendencia a invertir más en empresas que llevan la estampa Made in Europe, en particular aquellos con un papel en la pujante industria de defensa, a medida que el bloque busca rearmarse

Aunque existe reticencia en Europa, el panorama es distinto para los gestores de fondos en Oriente Próximo. En concreto, la posibilidad de una relajación de sanciones ha vuelto a despertar el interés de los family offices que mueven un gran volumen de fortunas, afincados en los rascacielos del centro financiero de Dubái, en Emiratos Arabes.

Rusia no ha recibido el mismo castigo financiero en esta región, aunque el Centro Financiero Internacional de Dubái, el corazón del negocio multinacional en el emirato, se vio obligado a expulsar a las compañías rusas que tenían sedes allí al inicio de la guerra en 2022. No obstante, esta región aún no aplica sanciones a los rusos y recibió un porcentaje enorme de ultrarricos tanto de Rusia como de China e Irán, debido a un ventajoso impuesto de sociedades (gravamen del 9%).

Rusia presumía de una industria de la moda de lujo en plena ebullición antes de que se impusieran las sanciones en 2022: en la Plaza Roja se podían encontrar marcas occidentales pegadas en los escaparates del almacén Gum, el minorista más importante de Rusia. Aunque el consumo en Moscú dista mucho de ser lo que era, la economía ha conseguido mantenerse a flote pese a la guerra, según han mostrado indicadores económicos. Los salarios, de media, han subido en estos últimos años de guerra, a pesar de que el rublo ha continuado su caída libre. El pasado diciembre, los salarios rusos se dispararon al paso más veloz en 16 años, según datos estatales. 

Las empresas occidentales que han apostado por el mercado ruso han corrido el riesgo de que el Estado cese sus activos (como ocurrió con marcas populares como McDonald’s o el fabricante francés de yogures Danone, a través de procedimientos de bancarrota iniciados por el Kremlin). En caso de que una empresa tenga la suerte de seguir funcionando con normalidad bajo la férrea presión reguladora del Estado ruso, sigue pagando elevados impuestos: las empresas occidentales pagaron un total de 41.600 millones de dólares (39.634 millones de euros) en impuestos en este país en 2023, según estimaciones de la KSE y B4Ukraine. Es más, Rusia prevé elevar el impuesto de sociedades del 20% hasta el 25% en 2025.