Evo Banco cerrará más oficinas pero descarta volver a reducir plantilla

Oficina de Evo Banco en Madrid
Oficina de Evo Banco en Madrid (Foto: GOOGLE STREET VIEW).

Tras haber echado el cerrojo a casi un 40% de sus oficinas dentro del proceso de reestructuración aprobado a finales del año pasado, Evo Banco planea cerrar más sucursales. Eso sí, esta política de cierres no irá acompañada de reducciones de plantillas. De hecho, se ha comprometido por escrito a no poner en marcha un nuevo ERE al menos durante un año.

Fuentes laborales de Evo Banco han contado a OKDIARIO de que el consejero delegado de la entidad, Enrique Tellado, informó a los trabajadores en la Convención de mayo de que se harían ajustes, “como el cierre de oficinas en algunos puntos para tener presencia en otras plazas, pero sin despidos”.

El 27 de noviembre del año pasado, la dirección y los sindicatos de Evo Banco alcanzaron un acuerdo de ERE que, entre otras cosas, contemplaba el cierre de 22 oficinas en diferentes partes de España. La nueva reestructuración de la red se sumará a esas clausuras. Además, el expediente de regulación de empleo incluía 135 bajas de la plantilla y 20 propuestas de movilidad a trabajadores. El acuerdo de expediente de regulación de empleo incluía una cláusula con el compromiso de la entidad de no poner en marcha otro ERE antes de 2017. Las fuentes sindicales descartan cualquier tipo de reducción de plantilla en estos momentos.

Fuentes del banco han negado a OKDIARIO que la entidad esté planteándose cerrar más oficinas. Han dicho que el comentario de Tallero fue una respuesta a una pregunta y que se refería a un hipotético caso sobre el «modelo ideal» cuando todas las cosas estuvieran bien.

La nueva reestructuración de la red de oficinas, con el cierre de un número todavía indefinido de ellas, se inscribe en la corriente generalizada del sector. Gran parte de las entidades bancarias españolas han anunciado la reducción de sus redes, en un juego de movimientos clave para esta estar bien colocadas de cara a la oleada de fusiones que arrancará cuando haya nuevo Gobierno.

La primera entidad en ponerse en marcha fue el mayor banco de España, el Santander. La entidad de Ana Botín anunció el primero de abril el cierre de entorno a 450 oficinas y un ERE, que al final afectará a 1.007 trabajadores en vez de los 1.200 de los que se habló en un primer momento.

Poco después, el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, anunciaba el cierre de 2.800 oficinas. La entidad reaccionaba diciendo que se trataba de una mera reflexión en voz alta y no de un anuncio. Fuentes sindicales del banco de Francisco González dan por hecho que la reducción de plantilla y oficinas se va a producir a partir de septiembre. No tendrá lugar antes porque primero ha de concluir la integración de Caixa Catalunya. El Popular también ha anunciado medidas en la misma línea.

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