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Estos países están acabando con el dinero en efectivo: el futuro de España con los billetes

El uso del dinero en efectivo está viviendo una transformación profunda en muchas partes del mundo. Mientras algunos países aún dependen en gran medida de los billetes y monedas, otros, especialmente en Europa, lideran la transición hacia economías digitales. Este cambio no sólo responde a avances tecnológicos, sino también a factores culturales, económicos y sociales. Los países nórdicos, en particular, se posicionan como pioneros en esta revolución, y su modelo podría anticipar el futuro de otras naciones, incluida España.

Sin embargo, la digitalización completa de los pagos no está exenta de retos. A pesar de las ventajas en términos de comodidad y seguridad, también surgen preocupaciones sobre exclusión financiera, privacidad y la vulnerabilidad de los sistemas electrónicos a ciberataques. España, aunque más rezagada que los países nórdicos, no escapa a esta tendencia global y enfrenta interrogantes sobre cómo equilibrar innovación y accesibilidad. Analizar el caso de las naciones que están abandonando el dinero en efectivo nos permite vislumbrar cómo podría ser el panorama para España en los próximos años. Desde la adopción masiva de la banca online hasta las iniciativas gubernamentales que marca Europa, el futuro de los billetes en nuestro país se encuentra en un momento clave de transición.

Estos países están acabando con el dinero en efectivo

Noruega, Finlandia y Dinamarca encabezan la lista de países que están más preparados para un futuro sin efectivo. Según un análisis que ha llevado a cabo la web noruega de información financiera Finansplassen, Noruega destaca con cifras impresionantes: cerca del 96% de su población utiliza la banca online regularmente y cuenta con uno de los índices más bajos de cajeros automáticos por habitante en Europa. Este dato refleja su alta dependencia de pagos electrónicos y su infraestructura avanzada.

Finlandia y Dinamarca, aunque ligeramente detrás de Noruega, han consolidado también una base sólida para minimizar el uso de efectivo. En Dinamarca, solo el 8% de las transacciones en 2023 se realizaron con billetes o monedas, gracias a la popularidad de las aplicaciones de pago móvil. Estas herramientas permiten realizar transferencias y pagos cotidianos de forma rápida, utilizando únicamente un teléfono móvil.

Una de las razones detrás de este éxito en los países nórdicos es la confianza generalizada en las instituciones públicas y la disposición de sus ciudadanos a adoptar nuevas tecnologías. Además, factores como la baja densidad de población y las duras condiciones climáticas han hecho que los métodos digitales sean preferidos frente al efectivo.

Tras los tres primeros países, el ranking de 10 países que menos usan dinero en efectivo según Finansplassen serían Países Bajos, Suecia, Islandia, Estonia, Lituania, Chipre y Suiza. Y en el lado contrario, Armenia, Georgia y Alemania serían los menos adaptados a los sistemas económicos digitales.

España frente a la revolución digital

Aunque España no se encuentra entre los líderes europeos en términos de digitalización de pagos, el país ha dado pasos importantes en esta dirección. La pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión, impulsando el uso de pagos sin contacto y aplicaciones móviles. Según datos recientes del Banco Central Europeo (BCE), el 59% de las transacciones en Europa en 2022 se realizaron en efectivo, frente al 72% en 2019. España sigue una tendencia similar, pero el efectivo aún conserva un papel importante en su economía.

El crecimiento de las fintech y la banca digital en España está facilitando la transición hacia un modelo más digitalizado. Sin embargo, una parte significativa de la población, especialmente personas mayores o en áreas rurales, sigue dependiendo del efectivo. Este contexto plantea un desafío para garantizar que nadie quede excluido en un futuro donde los billetes sean cada vez menos comunes.

¿Es el fin del efectivo en España?

Aunque la digitalización avanza, no se espera que España elimine por completo el dinero en efectivo en el corto plazo. Instituciones como el Banco de España han reiterado la importancia de garantizar la disponibilidad de billetes y monedas para aquellos que aún dependen de ellos. Esto incluye a personas sin acceso a dispositivos electrónicos o aquellas que valoran la privacidad que ofrecen las transacciones en efectivo.

Además, a pesar de que Noruega lidere la economía digital u online, también este mismo país introdujo medidas para reforzar el uso del efectivo, subrayando la necesidad de equilibrar la digitalización con la inclusión financiera. No podemos obviar el que los expertos adviertan sobre el modo en el que los sistemas de pago electrónicos son vulnerables a ciberataques y fallos tecnológicos, lo que hace indispensable mantener alternativas como el efectivo para situaciones de emergencia.

¿Qué podemos aprender de los países nórdicos?

El caso de los países nórdicos ofrece valiosas lecciones para España. En primer lugar, la inversión en infraestructura digital es clave para facilitar la transición hacia pagos electrónicos. Esto incluye no sólo el desarrollo de aplicaciones y terminales de pago, sino también campañas educativas que fomenten su uso entre la población.

En segundo lugar, la confianza en las instituciones y en los sistemas de pago digitales es esencial para lograr una adopción masiva. En España, donde la confianza en el sistema financiero ha sido históricamente baja, este aspecto podría requerir un enfoque especial. Finalmente, garantizar el acceso al efectivo como respaldo en caso de fallos tecnológicos o emergencias debe ser una prioridad, tal como lo demuestran las recomendaciones de países como Noruega.

En definitiva, el futuro del dinero en efectivo está en juego, y España se encuentra en un punto intermedio entre la tradición y la innovación. Aunque aún queda camino por recorrer para alcanzar a los países más avanzados, la dirección está clara: la digitalización seguirá ganando terreno, transformando la forma en que se realizan las transacciones.