Economía
Tras el pacto de PSOE y Podemos para que entren en las instituciones

ERC y Bildu priorizan su entrada en la SEPI para vender en sus regiones que salvan empleos

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para dar entrada a ERC y EH Bildu en las principales instituciones económicas, adelantado en exclusiva por OKDIARIO, ha sido recibido con entusiasmo por los independentistas catalanes y vascos. Su objetivo prioritario es la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), desde donde podrán rescatar empresas golpeadas por la crisis del coronavirus en sus comunidades autónomas para ponerse la medalla de los empleos salvados (que esperan traducir en votos, lógicamente).

«Entrar en todos los organismos económicos les interesa, pero sin duda la SEPI es el objetivo prioritario, porque es el que les dará el control sobre las empresas de sus regiones participadas actualmente por el Estado o instalaciones que gestiona, como parques empresariales», señala una fuente conocedora de la situación.

Y a esto hay que sumar la posibilidad de rescatar nuevas compañías afectadas por la crisis económica provocada por la gestión de la pandemia en España, sin apenas ayudas para el tejido empresarial. Como también informó OKDIARIO, Hacienda quiere cambiar el objeto del fondo de rescate de la SEPI (Fondo de apoyo a las empresas estratégicas) para poder inyectar fondos públicos en compañías que no se puedan considerar estratégicas o cuyos problemas no sean causa del covid, sino que simplemente se han agravado por la pandemia. De esta forma, podrá rescatar a firmas como Abengoa o Duro Felguera, que están al borde de la quiebra.

Si se les puede rescatar a ellas, por la misma regla de tres se puede salvar casi a cualquier empresa de mediana dimensión que atraviese dificultades que pongan en peligro su viabilidad. Entre ellas, numerosas compañías del potente tejido industrial catalán y vasco. Y ahí es donde quieren tener poder de decisión en la SEPI tanto Esquerra como Bildu, para poder inyectar dinero público en estas empresas en apuros de sus comunidades y así evitar miles de despidos potenciales.

«Su intención es presentarse como los artífices de la salvación de esos puestos de trabajo, que se habrían perdido si no fuera por su presencia en la SEPI, con vistas a capitalizarlo en forma de votos en las próximas citas electorales», añade otra de las fuentes consultadas.

Esquerra ya tiene experiencia

Esta preferencia por la SEPI no implica que no vayan a participar en las otras instituciones donde PSOE y Podemos han pactado su entrada: la CNMV y el Banco de España. En el caso de ERC, ya han tenido consejeros en ambos consejos -normalmente pactados con la antigua CiU o la actual Junts per Catalunya-, con lo que no le supone ningún problema con su electorado. Su representante más conocido fue el profesor de la Universidad Pompeu Fabra Guillem López Casasnovas, consejero del supervisor bancario entre 2005 y 2017.

El obstáculo es su falta de banquillo para estos puestos, que obliga a la formación presidida por el condenado Oriol Junqueras a buscar expertos fuera de sus filas entre profesionales aunque no sean totalmente entusiastas de la causa independentista.

Bildu tiene que ‘venderlo’ a sus bases

Más complicada es la participación de EH Bildu en estas instituciones, los herederos de Batasuna capitaneados por Arnaldo Otegi. Hasta ahora, jamás había entrado en ninguna, algo que se consideraba coto privado del PNV en el País Vasco. Pero tampoco participaba en la vida parlamentaria, ni mucho menos votaba a favor de la investidura de un presidente del Gobierno español, ni apoyaba unos Presupuestos Generales del Estado.

Ahora que ya ha hecho todo eso en la actual legislatura, el siguiente paso es entrar en los organismos económicos. Con esto completaría el ‘blanqueamiento’ de la formación que históricamente ha apoyado a ETA y su equiparación al PNV como partido institucional con el que puede pactar el Gobierno del Estado. Pero Bildu tiene que buscar un delicado equilibrio entre ese objetivo y mantener su tradicional base electoral independentista radical en el País Vasco.

Y ahí será clave este discurso de que «el fin justifica los medios»: hace el sacrificio de entrar en el consejo de la SEPI para salvar empleos entre sus paisanos. Hacerlo en el Banco de España o la CNMV será más complicado de ‘vender’ a sus bases, aunque siempre pueden argumentar que se trata de proteger o ayudar a crecer a Kutxabank (el banco de las antiguas cajas de ahorros vascas, actualmente controlado por el PNV) y a ‘su’ Caja Laboral.

Lo que no hay que perder de vista es que tanto ERC como Bildu comparten la ideología comunista de Podemos, favorable a las nacionalizaciones de empresas, a los impuestos confiscatorios y a las limitaciones de todo tipo a la iniciativa privada. Por tanto, no será difícil encontrar puntos de encuentro entre los tres, que previsiblemente formarán un frente común para imponer su credo en las instituciones reguladoras de la vida económica española.