Economía
PIB

Ya se nota el ‘efecto Sánchez’: el PIB creció un 0,6% en el segundo trimestre, tres décimas menos que en 2017

La contabilidad nacional confirma una caída de una décima trimestral y tres en interanual

El PIB indica que la productividad de la economía española está perdiendo fuelle

El primer dato de PIB trimestral del Gobierno de Pedro Sánchez dibuja un panorama complicado para la economía española y confirma los peores temores sobre un posible frenazo agravado por el cambio de Ejecutivo y las políticas que van a marcar lo que queda de legislatura.

La economía española llevaba meses mostrando algunos síntomas de cansancio. Pero la caída del crecimiento registrada por los datos del INE supera lo esperado y confirma el daño que están provocando los mensajes de aumento de impuestos, incremento de gasto y marcha atrás en las reformas en los que está asentando el PSOE su discurso de Gobierno. Una tendencia que, según los expertos, se consolidará en los próximos trimestres.

Los últimos datos de la Contabilidad Nacional Trimestral  confirman una caída del crecimiento del PIB de tres décimas en tasa interanual, hasta el 2,7%, y de una décima en tasa trimestral, hasta el 0,6%. Es la primera vez en un año que la economía española crece por debajo del 3% en términos anuales.

«Estos datos son una señal de cautela, una luz amarilla encendida en el semáforo», explica a OKDIARIO el director de Inversiones de Tressis, Daniel Lacalle. «Es evidente que ante una ralentización del crecimiento lo último que debe hacerse es lanzar globos sonda sobre una subida de impuestos y más gastos en lugar de potenciar ese crecimiento», añade el autor del programa económico de Pablo Casado.

«Esta tendencia se consolidará en los próximos trimestres. El paso atrás en la senda de reformas que se inició en 2012 se hará sentir en el PIB del tercer y cuarto trimestre del año», avanza a este periódico el economista Javier Santacruz.

Entre los síntomas más preocupantes que señala Santacruz figura la caída de la productividad que se manifiesta en que el empleo crece a mayor ritmo que el PIB (0,8%, frente al 0,6% en el último trimestre). Algo que podría agudizarse con los pasos atrás que se están dando en materias legislativas clave, como la reforma laboral.

Impacto de Cataluña

Por su parte, el analista financiero Eduardo Bolinches señala como culpable de este receso en el PIB «la inestabilidad social y política en Cataluña, no resuelta aunque durmiente». En su opinión, la incertidumbre sobre el futuro catalán «ha hecho que los inversores extranjeros cortaran el grifo de las inversiones en nuestro país hace meses».

Un problema que se ha agravado por el éxito de la moción de censura, ya que, según añade Bolinches, «es muy probable que el cambio de Gobierno para un año también esté provocando un freno en las inversiones y sobre todo en las previsiones a la baja de varios organismos como la propia Comisión Europea».

Este periódico ya ha ido avanzando que la deriva de aumento de gasto es motivo de preocupación de Bruselas, donde el anuncio de subida de impuestos ha sido interpretado en clave de un incremento de gasto social inminente que va convertir España en un país menos atractivo para las empresas, que son las que han sido señaladas para financiar ese plan.

Pero además de la Comisión Europea, otras entidades privadas, como la agencia Fitch, también han advertido esta semana del peligro para la economía española de un Gobierno en minoría, sin capacidad de legislar, y que no se muestra preocupado por el déficit público en un país en el que la deuda pública roza el 100% del PIB.

Aunque Pedro Sánchez llegó a La Moncloa a comienzos de junio, el anuncio de una moción de censura en mayo provocó caídas en la Bolsa española en las semanas anteriores a que ésta tuviera éxito. Esa salida de dinero de los mercados fue reflejo de la incertidumbre que generó el posible cambio de Gobierno en un parlamento fragmentado por las minorías.

En este contexto, Lacalle apunta a que «el factor riesgo político todavía no es evidente», pero la «complacencia de los políticos» es un peligro cada vez más claro para la recuperación económica.