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La economía deja en un callejón sin salida a Powell

Difícil tesitura la que afronta esta semana el presidente de la Fed a la hora de decidir sobre el tono y la política monetaria después de la fortaleza mostrada por los últimos datos macroeconómicos.

Parecía tenerlo todo a su favor para mantener su lenguaje más dovish mostrado este año, su ‘Wait and See’, favorecido por la desaceleración de la economía y por las presiones constantes de quien se está convirtiendo en su espada de Damocles, Donald Trump. El presidente norteamericano venía criticando con dureza al presidente del banco central, al que él mismo colocó en el puesto, por subir los tipos demasiado rápido en 2018, hasta en cuatro ocasiones. Ni siquiera lo ha evitado el hecho de que el propio Jerome Powell haya puesto freno al proceso de normalización de su política monetaria hasta no ver ahora ninguna subida de tasas en este 2019 frente a las dos que veía en la reunión del pasado mes de diciembre. Tampoco que la economía estuviese respaldando el giro inesperado que comenzó a finales del pasado año cuando empezó a apelar a la pausa y paciencia en la política monetaria y a anticipar que los tipos están ya cerca de niveles neutrales.

Y eso que habíamos pasado de un crecimiento que alcanzó el pasado año el 4,2%, con una inflación de más de un 3% y situación de casi pleno empleo en el mercado de trabajo a niveles más bien cercanos al 2%, y con una inflación por debajo del objetivo. Pero el presidente republicano quiere más, hasta el punto de que ha dejado caer en más de una ocasión a través de sus lugartenientes en materia económica, Kudlow y Hasset, que lo que necesita la economía estadounidense es revertir el camino recorrido hasta ahora, es decir bajar los tipos de interés. Y eso parecía que iba a suceder hasta que el dato del PIB del pasado viernes lo ha cambiado todo.

La mayor economía global se ha expandido a un increíble y contra todo pronóstico 3,2%, lo que aviva el debate, vuelve a encender las alarmas en la Casa Blanca, y deja a Powell en un auténtico callejón sin salida. El de seguir con su mensaje de esperar a ver cómo evolucionan los datos antes de volver a subir los tipos o el de endurecer su mensaje ante la previsión de que la inflación también pueda acompañar al robusto crecimiento económico, entre otras cosas ante el fuerte avance del petróleo que estamos viendo este año.

El propio Trump le llegaba a decir recientemente aquello de «supongo que estoy atrapado contigo», pero ironías de la vida, la misma economía a la que intenta dirigir y apoyar podría ser la que deje al presidente de la Reserva Federal sin empleo, sobre todo si empezamos a ver datos en EEUU por encima de las expectativas. Ojo Powell, que el viernes hay NFP.

Guillermo Uribe es director de Audiomercados