Economía
Los otros héroes de la crisis

El dueño del clásico restaurante sevillano La Isla: «Mi idea es reabrir de nuevo el negocio»

Emilio Guerrero se define como empresario de raza. Proviene de una familia de empresarios donde de generación en generación se han transmitidos los mismos valores. Guerrero atiende a OKDIARIO para contar qué ocurre con uno de los emblemas de la hostelería sevillana, el restaurante La Isla. Este establecimiento no volverá abrir más sus puertas al no llegar a un acuerdo con la propiedad. Guerrero asegura que esta decisión nada tiene que ver con el coronavirus, aunque sí es una consecuencia indirecta.

El hostelero, con un brillo especial en los ojos y una mezcla entre tristeza e ilusión, dice que “la idea es reabrir otra vez el restaurante, no sé si el restaurante con el nombre de La Isla o con otro nombre, pero sí con la misma dirección y con el mismo enfoque”.

El empresario sevillano no duda de la buena voluntad de las personas pero confiesa «que lo que sí se ha notado es una falta de conocimiento del sector». Guerrero echa en falta que no se haya tenido en cuenta la voz de la experiencia de los profesionales de la hostelería. “Hay medidas que han llegado mal y tarde”, dice. Relata que el sector de la hostelería es muy delicado porque cualquier cambio se nota. Enfatiza que “ha habido determinadas medidas, que han sido importantes, hechas con buena voluntad pero hechas mal”.

Como muchas empresas, se tuvieron que ver obligados a acudir a la figura del ERTE porque como dice Guerrero “si no era insostenible, absolutamente insostenible”. Lo que sí han hecho ha sido reajustar su plantilla antes de hacer el ERTE.

El empresario confiesa: “El 31 de mayo abandone las instalaciones del restaurante La Isla, aunque tenemos otros negocios de hostelería, que son en los que estamos trabajando. Y lógicamente con la intención y la ilusión de volver abrir otro restaurante referente en Sevilla, como ha sido el restaurante La Isla”.

La empresa es una gran familia

Guerrero tiene un gran compromiso con sus empleados por su educación empresarial. Cuenta lo siguiente: “Siempre he tenido muy presente a mi gente”, refiriéndose a sus trabajadores. Añade que “en esta crisis se ha hecho una unión más grande si cabe, de la que existía entre empresario y trabajadores”. Agrega que “los trabajadores son la empresa” y hay que tener siempre presente que sin ellos la empresa no existe. “Se ha demostrado que una empresa no es solamente el empresario, una empresa es el empresario y todos sus trabajadores”, añade.

Según Guerrero, el empresario está acostumbrado a lidiar con muchísimos problemas diarios pero destaca un factor: “Si a mí el Gobierno de turno me pone determinadas leyes laborales hay que tenerlas en cuenta, hay que amoldarse, hay que luchar y hay que trabajar con esas leyes. Pero tú las dominas y sabes cuales son. El problema es cuando tienes una enfermedad que no controlas, que no sabes por donde viene, ni como ha venido, ni por donde va y que eso afecta directamente a tu cuenta de resultados”. Con el semblante serio, dice: “No es una crisis económica, es una crisis económica venida por un problema que no somos capaces de controlar”.

El escenario que tenían hace unos meses era fantástico. A la vuelta de la esquina, tenían la famosa feria de abril y posteriormente la Semana Santa:»Es todo prácticamente en hostelería», afirma Guerrero. El empresario cuenta: “Nosotros estábamos ya preparados para la temporada alta, que para nosotros supone un porcentaje muy importante, en nuestra facturación anual”.

El hostelero sevillano reconoce que “nos hemos visto en el abismo prácticamente” pero que también se ha aprendido. La principal lección que ha sacado Emilio Guerrero de la crisis del coronavirus es la siguiente: “Lo que he aprendido es a pasarlo muy mal. Cuando uno lo pasa muy mal cambia como persona y le da mucho más valor a pequeños detalles que antes no le daba”.

Cuidar el tejido empresarial

Guerrero reclama a los políticos que nos gobiernan que, al igual que para acabar con el coronavirus se necesita un antídoto, “la vacuna que se necesita para acabar con el problema económico es cuidar y apoyar el tejido empresarial”. “Es lo que realmente soporta la economía de un país como España”, remacha.