Diferencias entre «renting» y «leasing»
Según el sector donde operen y la actividad que realicen, las empresas precisan de determinados equipos o medios de transporte. Especialmente cuando se empieza, es muy complicado disponer del capital necesario para adquirirlos. Además, supone un riesgo importante en términos de sustento a medio plazo, ya que se necesitará que la compañía facture una gran cantidad a corto plazo para poder recuperar una inversión de este tamaño.
Así pues, es muy habitual que se “alquile” el bien en cuestión. Para ello, existen dos instrumentos: el renting y el leasing. Tanto el uno como el otro sirven para que la empresa pueda disponer del bien durante un determinado período de tiempo. Ahora bien, existen importantes diferencias entre ellos.
El » leasing» permite ejercer la opción de compra sobre el bien
Opción de compra final
Una vez acabado el contrato de leasing, éste incluye una opción de compra, de forma que la compañía podrá quedarse en propiedad aquel bien. Eso no pasa en el caso del renting, que es un instrumento que se utiliza con la finalidad de poder usar el bien, pero no adquirirlo. Así pues, en el caso del leasing, al terminar el contrato, el arrendatario puede escoger entre las siguientes opciones:
– No ejercer la opción de compra y rescindir el contrato, de forma que se devuelve a la empresa de leasing el bien: tiene la ventaja que, en caso de no haber quedado satisfecho, no se obliga a quedárselo.
– No ejercer la opción de compra pero renovar el contrato, de forma que se sigue disponiendo del bien: permite seguir funcionando según los mismos parámetros que hasta aquel momento y que no sea necesario realizar cambios en los procesos.
– Ejercer la opción de compra y quedarse en propiedad el bien: la compra se pacta a valor residual, que es la diferencia entre el precio de adquisición que había en un principio menos todas las cuotas e intereses que se han pagado hasta aquel momento. En caso que se escoja esta opción, significará que el bien ha satisfecho las expectativas esperadas y que se disponen de los recursos para realizar la compra.
Contratación de servicios
En el caso del renting, dentro del contrato ya se incluyen los servicios de mantenimiento y el seguro. En cambio, en el leasing, el arrendatario debe contratar a parte estos servicios y afrontar él su coste.
Contabilización en los libros
El renting no aparece como deuda en el pasivo del balance de situación y ni tan siquiera se registra el bien en el activo. Al considerarse que es un bien que nunca será propiedad de la empresa, no debe estar anotado allí y se marca como un alquiler. Ahora bien, en el leasing es distinto. Por un lado, se marca como deuda dentro del pasivo, ya que se computa de igual forma que un préstamo. Del mismo modo, dentro del activo debe consignarse el bien.
Cláusula de garantía
En el renting existe una cláusula conforme hay el compromiso de devolver el bien en un estado considerado adecuado de acuerdo con el uso que se haya hecho de él. En el leasing tal garantía no existe.
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