Economía

Díaz Ferrán dormirá a la sombra tras confesar sus crímenes

El ex presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha sido condenado por la Audiencia Nacional a cinco años y seis meses de cárcel. El tribunal considera probado que el ex responsable del Grupo Marsans cometió delitos de alzamiento de bienes, concurso fraudulento, integración en grupo criminal y blanqueo de capitales.

Así lo han reflejado los magistrados de la Sección Tercera de la Sala Penal. Diaz Ferrán aceptó esta pena de prisión en la primera sesión del juicio, celebrada el pasado 2 de julio. La sentencia condena también a cinco años de cárcel y al pago de la misma multa al famoso “liquidador” de empresas Ángel de Cabo. Los nueve acusados restantes han sido condenados a las penas que oscilan entre dos años y medio y un año de cárcel.

Los condenados deberán indemnizar de forma solidaria con 450.000 euros a Meliá Hotels International, Viajes Iberojet, AC Hoteles y Pullmantur por los prejuicios causados. El tribunal recuerda que los acusados reconocieron su participación en los hechos, aceptaron su responsabilidad y colaboraron » en la reintegración a la masa de los distintos concursos de activos cuya existencia era desconocida». Por ello, la Audiencia les aplica la atenuante de confesión tardía y, en determinados casos, de disminución de los efectos del delito.

De “querido Gerardo” a “golfo y ladrón”

La truculenta relación de Díaz Ferrán con la Justicia comenzó en 2010, cuando convocó elecciones a CEOE tras haber agarrado con fuerza el sillón de la organización empresarial. El que en otros tiempos era llamado por el ministro Blanco «querido Gerardo» no pudo mantenerse al frente de CEOE por las causas que tenía abiertas con la justicia por sus desmanes y fracasos empresariales.

En aquel momento, ya se sabía que había quebrado la aerolínea Air Comet y debía las nóminas de los últimos meses a los empleados de la compañía. Un escándalo que se unió al hundimiento de Viajes Marsans y que supuso el fin de la credibilidad de Díaz Ferrán como buen gestor. De hecho, al grito de «golfo» y «ladrón» sus antiguos trabajadores le mostraron su indignación por ocultarles información de la situación real de la empresas, y vender billetes cuando sabía que la continuidad de la aerolínea estaba en peligro.

Aunque lo más indignante fue la última explicación que había dado Díaz Ferrán a la quiebra de Air Comet. El máximo responsable de CEOE consideró que dirigir una compañía es como «jugar a la lotería», de forma que si -como era su caso- se tienen varias empresas a cargo, es posible que quiebre alguna de ellas: «Si llevas muchos números, a veces te toca», dijo.

Un “paréntesis” en la economía de mercado

Lejos quedan ya los tiempos en los que Díaz Ferrán defendía «un paréntesis» en la economía de mercado para lograr que los contribuyentes sufragaran los gastos empresariales a través de los impuestos, o cuando alababa al ministro de Industria, Turismo y Comercio Miguel Sebastián, por su «acierto y eficacia» al frente de Industria.

«Nos consta tu buen hacer y esfuerzo para encontrar las mejores soluciones a esta difícil coyuntura económica», llegó a decir el presidente de CEOE a Sebastián en un acto celebrado en EEUU, con la mirada puesta en la salida de Viajes Marsans de Argentina y la posibilidad de obtener ayudas públicas para la empresa, que finalmente no consiguió.

Su última actuación fue en la negociación de la reforma laboral en el marco del diálogo social, pero también fracasó en su intento por defender una flexibilización del mercado que pudiera aumentar la competitividad de la economía española. Más bien se le enfrió la cena en el Palacio de la Moncloa y le tomaron el pelo los líderes de UGT y CCOO, con la inestimable colaboración del Gobierno.

A pesar de todo ello Díaz Ferrán dijo tras su marcha de la patronal, que todos sus problemas eran “por la persecución del Gobierno». Tremenda justificación e increíble a partes iguales, ya que a Zapatero le vino muy bien tener a un presidente de CEOE tan débil en medio de la negociación con los sindicatos y en pleno proceso de demonización empresarial. Para la propaganda socialista Díaz Ferrán fue perfecto, al reunir todos los atributos que la izquierda usa para atacar al sector privado. Hoy ya podemos decir que es culpable y que pasará unos años a la sombra. Ya veremos cuantos.