Economía
“Hemos tenido una situación mala, pero hemos salido del concurso de acreedores”

Cultura premió con 30.000 euros a Sybilla, una firma de moda a las puertas de la quiebra

La firma de moda de Sybilla, capitaneada por la sociedad Programas Exteriores, fue galardonada con el Premio Nacional de Diseño de Moda 2015, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, mientras estaba en situación de concurso de acreedores. En 2014 Sybilla Sorondo – Myelzwynska recibía otra condecoración de la misma cartera, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

A través de Cultura, la diseñadora de moda ha recibido de 30.000 euros en con este reconocimiento.  A la creadora se le reconocía con el Premio Nacional de Diseño de Moda su labor de “construir una de las marcas más reconocidas en el panorama internacional y haber sabido renacer siendo fiel a sus principios creativos». Un año después de su último galardón y de su vuelta a la carga al mundo de la moda, Sybilla ni siquiera tiene una página web española operativa.

Página web de Sybilla

“La empresa ha pasado una situación mala, pero ya hemos salido del concurso de acreedores”, confirman a OKDIARIO desde la sociedad Programas Exteriores. Y no solamente eso, estas mismas fuentes, han confirmado que, por el momento, “se ha parado Jocomomola”, la segunda firma de la casa de moda que nacía a mediados de los 90. “Sibylla”, explican a este periódico fuentes conocedores de la marca, “es otra de esas creativas que no deja hacer el trabajo a sus directivos”.

La diseñadora de origen argentino, recordemos, vendió en 2005 una importantísima parte de Proesa, el holding que controlaba Sybilla y Jocomomola, a Martín Varsavsky y Miguel Salís. Cuando se conoció la nueva adquisición, el propio Varsavsky declaraba que “Sybilla y su equipo son hiper-creativas, pero les faltaba visión empresarial. Miguel y yo vamos a contribuir mucho en ese rubro”. La fundadora de la firma cedía la gestión de la empresa que ella misma había creado, “no era capaz de seguir las reglas del mundo de la moda”, declaraba a ABC.

Hace un año, Sybilla ha vuelto al mercado tras romper la relación con sus socios e intentar hacer reflotar los números verdes de una compañía que tenía el aplauso de las principales publicaciones de moda del mundo. En septiembre del año pasado, cuando la diseñadora decidió hacer renacer la marca tras un retiro de alrededor de diez años en Mallorca, se fichó a varios directivos que pudieran profesionalizar la gestión y el desarrollo de la marca. Una de estas incorporaciones fue la de Rafael Abitbol, ex líder de Hoss Intropia, como director general. Solo unos meses después salía de Sybilla y se incorporaba a la start up de calzado, Howsty.

“Sybilla ha tenido su momento durante los años 80, ahora solamente triunfa en Japón y repitiendo los mismos patrones, hace años que no diseña nada”, argumentan las mismas fuentes. Según la propia compañía de moda, el 60% de las ventas de Sybilla vienen del país asiático donde están presentes de la mano de la firma textil, Itokin. El 40% restante del negocio viene de las Pop Up Store efímeras que organiza, de las tiendas multimarca, “y de malpagar a sus empleados”, según aseguran a este periódico.

En 2008, la sociedad Programas Exteriores registraba una cifra de negocio de 5,11 millones de euros, un año más tarde estos números caían hasta 1,68 millones de euros, según datos de Modaes.es. “Sybilla Sorondo”, explican fuentes próximas a la marca, “es el típico caso de empresa de moda que no es rentable, y no lo es porque no se deja, es un dinero (el de los premios) que no invertirá para hacer crecer su marca”.

La firma de moda gozó de gran éxito en el mundo de la moda, a nivel nacional e internacional, incluso algunos entendidos del sector señalaron a Sybilla como la heredera natural de las creaciones del gran Cristobal Balenciaga. La marca también sido galardonada con la Aguja de Oro de Dafnis con solo 25 años y el Premio que lleva el mismo nombre que el modisto vasco.

El primer desfile de la marca se remonta al año 1981 y cuatro años después presenta su primera colección de prêt-à-porter en el Salón Gaudí de Barcelona. El maravilloso éxito de Sybilla en la prensa de todos los países despierta el interés del matrimonio Zuccoli, propietario de la empresa de confección Gibo, con quienes salta a de Cibeles a la Semana de la Moda de Milán.

Ahora, tras el retiro de la creadora, Sybilla coge el control de su marca y decide volver al mundo del diseño, presentar una nueva colección y desarrollar la marca Fabrics for Freedom, con la que quiere sensibilizar a la industria textil sobre el consumo de tejidos responsables.