¿En qué consisten los pagarés de empresa?
Dentro de las distintas opciones de financiación que dispone una compañía, se encuentran los pagarés de empresa. Se trata de un instrumento parecido a los bonos, pero con la diferencia que son emitidos por empresas privadas. También se diferencian de los bonos por el hecho que no ofrecen una rentabilidad intrínseca, sino que se emiten al descuento al cupón cero. Entonces, ¿cómo obtiene una rentabilidad el inversor? Pues por la existencia del compromiso por parte del emisor del pagaré (la empresa) de pagar al tomador (inversor) el pagaré a un valor nominal superior al de compra. Por lo tanto, la rentabilidad que se obtiene depende de la diferencia entre este valor nominal y por el que se realizó la compra en su momento.
¿Qué tener en cuenta al invertir en un pagaré de empresa?
Los aspectos que deben de conocerse de todo pagaré de empresa antes de decidirse a invertir en él son los siguientes:
- Rentabilidad: son un instrumento que ofrece una rentabilidad más elevada que los bonos emitidos por el Estado. El motivo es que conllevan, también, un riesgo mayor, ya que la probabilidad de quiebra de una empresa es, en teoría, superior a la de la Administración.
- Plazo: el vencimiento de los pagarés acostumbra a ser a corto plazo y muy raramente superan el año y medio. Por lo tanto, es un instrumento pensado por aquellos inversores que desean obtener una rentabilidad interesante en el menor tiempo posible.
- Solvencia de la empresa emisora: es el aspecto más relevante a estudiar. Las compañías que presentan una situación financiera más compleja acostumbran a emitir pagarés con altas rentabilidades para, de esta forma, atraer a los inversores. Ahora bien, esta mayor rentabilidad lleva asociado un riesgo superior que se debe de ser consciente de aceptar. Una forma de conocer este punto es mediante las conclusiones de agencias de rating. Ahora bien, las pequeñas y medianas empresas no son objeto de este estudio, por lo que no se dispondrán de datos al respecto.
- Existencia o no de avalista: en algunos casos, además de la propia empresa, existe un avalista (que puede ser otra compañía) que se responsabiliza del pago de los pagarés en caso que la primera no pueda por problemas de solvencia. En este caso, habría también que conocer cuál es la solvencia de este avalador. Si resulta que su situación tampoco es positiva, entonces no se minora el riesgo existente.
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