Coca-Cola denuncia la inseguridad jurídica del nuevo impuesto catalán a las bebidas azucaradas
El Parlamento catalán aprueba un impuesto a bebidas azucaradas
Puigdemont quiere “corregir malos hábitos” de los fabricantes de bebidas
Coca-Cola no sabe el impacto que tendrá sobre su negocio el nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas aprobado por el gobierno catalán. La falta de concreción y la inseguridad jurídica provocan que las compañías afectadas no sepan cómo se va a aplicar el gravamen ni cuánto les va a costar.
«No sabemos cuánto nos va a costar porque no está nada clara la regulación. Nadie lo tiene claro», denuncian fuentes de la división española de Coca-Cola ante la entrada en vigor de este impuesto cuya liquidación se hará con efecto retroactivo entre el 1 y el 20 de julio de este año.
Por su parte, la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra) advierte de que «el consumidor catalán de bebidas con azúcar, sobre el que repercute el impuesto, se verá discriminado frente a otros consumidores en España y en la Unión Europea». Además, avisa de que la medida perjudicará más a las empresas que sólo distribuyan y vendan en Cataluña: «El sector de turismo y hostelería catalán se verá especialmente afectado y discriminado frente a otros».
Sobre el papel, el gobierno autonómico catalán busca «corregir determinados hábitos» de los productores para subsanar cuestiones de salud. Sin embargo, Anfabra señala que «está demostrado que los impuestos sobre alimentos y bebidas no cambian hábitos ni resuelven problemas de salud».
El ex vicepresidente ejecutivo y ex responsable mundial de marketing de Coca-Cola, Marcos de Quinto, denunció este miércoles en una entrevista en Antena 3 que se trata de un impuesto discriminatorio: «Pongamos que el azúcar es malo. Igual de malo en una bebida refrescante que en un batido, en un yogur o en un té, pero sólo es malo si está en una bebida y se le mete un impuesto. Si es un tema de sanidad que se prohíba, pero no que se discrimine».
El impuesto en cuestión tiene dos tipos de gravamen, de ocho céntimos por litro y de 12, según la cantidad de azúcar de la bebida. No obstante, la asociación de bebidas defiende que, en la última década, el azúcar por litro se ha reducido un 23% en España, frente al 12% de la media europea. Además, la cuarta parte de los refrescos son sin calorías y sin azúcar.
La asociación de empresas de fabricantes y distribuidores (Aecoc) prevé que, dependiendo del valor del producto y del porcentaje de azúcar que contengan las bebidas en Cataluña, el impuesto puede suponer entre un 8% y un 50% del valor del producto.
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