Economía
En los últimos tres días las acciones perdieron casi un 40% de su valor

La CNMV permitió la sangría bursátil del Popular aunque sabía que estaba a las puertas de la quiebra

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no excluyó las acciones de Banco Popular de cotización a pesar de que la entidad financiera estaba siendo intervenida por las autoridades europeas. Al menos desde el pasado viernes, cuando la Junta Única de Resolución contactó con el Gobierno español para liquidar o rescatar al banco, el organismo supervisor que preside Sebastián Albella permitió el hundimiento del precio de los títulos de la entidad. En los últimos tres días perdieron casi un 40% de su valor.

Según han confirmado fuentes financieras, la Junta Única de Resolución de la Comisión Europea realizó al cierre de la sesión bursátil del viernes un requerimiento al Estado español para que buscara una solución privada para salvar al Banco Popular. Esta petición se efectuó formalmente al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del Ministerio de Economía.

Esto supone que al menos desde el pasado 2 de junio las autoridades regulatorias españolas conocían que la entidad financiera que presidía Emilio Saracho estaba a las puertas de la quiebra, una información que no tenían los inversores. En este tipo de casos la CNMV debería haber suspendido la cotización en Bolsa de los títulos del banco sin permitir que volvieran a salir al mercado el lunes 5 de junio.

Esta visión la comparten los propios técnicos de la CNMV que la semana pasada, a preguntas de OKDIARIO, indicaron que no correspondía excluir al Popular de cotización porque “había suficiente información en el mercado” sobre lo que estaba ocurriendo con la entidad. Según este argumento el supervisor debería haber actuado una vez que tuviera datos que permanecieran ocultos para los inversores, algo que no hizo.

Es más, el lunes 5 de enero el Popular solicitó al Banco Central Europeo (BCE) una línea de liquidez extraordinaria porque no podía hacer frente a la fuga de depósitos, lo que ponía a la entidad a las puertas de la intervención. Tras conseguir salvar este match ball el banco volvió el martes a pedir asistencia al organismo que preside Mario Dragui y la liquidez proporcionada sólo le duró hasta las 15:00 horas. Mientras tanto las acciones del Popular seguían cayendo y cerraron a un precio de 32 céntimos por título sin que la CNMV hiciera nada.

Durante todo este proceso puede haber inversores que hayan aprovechado la citada información privilegiada para operar a corto (short selling) y ganar dinero con el hundimiento del Popular.

La mecánica de estas operaciones es sencilla: el inversor vende títulos que no son de su propiedad, sino que los alquila (toma prestados) de otro agente del mercado. El inversor confía en que las acciones pierdan valor para luego recomprarlas y, una vez descontada la comisión correspondiente por el arrendamiento de las mismas, se embolsa un determinado beneficio. Es lo que se conoce como “operar a corto” y es legal siempre que no se realice con información privilegiada.

En este caso, días antes de la intervención, varios consejeros del Popular advirtieron tanto al Ministerio de Economía como a la CNMV de que había operaciones de este tipo y solicitaron que se prohibieran para detener la sangría bursátil del banco. Sin embargo el organismo supervisor se negó a ello y dentro del máximo consejo de administración de la entidad financiera se llegó a pensar que el objetivo real era que las acciones siguieran cayendo para beneficiar al futuro comprador, según han confirmado varias fuentes a OKDIARIO.

Ahora, aunque la CNMV inicie una investigación para conocer quien está detrás del ataque bajista contra el Popular usando información privilegiada, lo cierto es que la desaparición del banco es irreversible. Los accionistas lo han perdido todo, así como los propietarios de deuda subordinada, y una vez que se complete la integración con el Santander también desaparecerá la marca Popular.