Economía
La tasa de paro de España dobla la de la UE

Catástrofe: ya sólo crea empleo el sector público mientras el privado destruye 102.000 puestos de trabajo

Los datos sobre la evolución del mercado de trabajo durante el trimestre pasado arrojan un dato tremendamente inquietante: el único aumento del empleo entre octubre y diciembre de 2022 provino del sector público, con 20.000 personas más, mientras el sector privado destruyó casi 102.000 puestos de trabajo. De todo el empleo creado en el año, 228.200 personas se han ocupado en el sector privado y 50.700 en el público, casi el 19% del total. La pésima tendencia que refleja la ocupación en las empresas e instituciones privadas en la segunda mitad del año guarda relación con la intensa desaceleración del crecimiento que se ha producido a lo largo de todo el ejercicio, que empezó con aumentos del PIB cercanos al 7% y habrá terminado -cuando se conozcan definitivamente las cifras oficiales- en torno al 2%.

También cabe tener en cuenta el efecto de la inflación, que fue muy elevada durante la primera parte de 2022, hasta rebasar en julio la cota del 10% -ha acabado el año en un 5,7%-, y que ha tenido una influencia clara sobre la demanda de bienes y servicios, minando las contrataciones y disipando la pujanza del mercado laboral, al tiempo que ha disparado los cierres empresariales y las quiebras así como provocado una caída de más de cien mil autónomos, un dato que fue ayer considerado como «una auténtica catástrofe» por el presidente de la asociación ATA -es el peor de la serie histórica-. La incertidumbre general creada por la invasión rusa de Ucrania y la guerra en marcha desde febrero de 2022 ha tenido igualmente un fuerte impacto en los índices de confianza, tanto de empresarios como de consumidores, restando dinamismo a la actividad y perjudicando sobre todo a la parte más débil del tejido productivo.

Aunque el mercado laboral terminó 2022 con 278.900 ocupados más, 79.900 parados menos y un caída de la tasa de temporalidad de más de 7 puntos hasta el 17,9 %, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) difundida ayer por el Instituto Nacional de Estadística, no hay demasiados motivos para el optimismo, según los expertos consultados por OKDIARIO. La reducción de la temporalidad tiene casi todo que ver con la explosión de los trabajadores fijos discontinuos, debido a la prohibición impuesta por la contrarreforma laboral impulsada por la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Además, economistas como José Luis Feito -miembro de la Junta Directiva de CEOE-, Lorenzo Bernaldo de Quirós -presidente de la consultora Feemarket, Ricardo Martínez Izquierdo -presidente de Equipo Económico- o Manuel Balmaseda -economista jefe de Cemex-, haber acabado 2022 con un aumento del empleo de tan sólo un 1,3% cuando el PIB puede haber crecido un 5% o incluso por encima, es un balance muy pobre. «En condiciones normales, el ritmo de creación de puestos de trabajo es siempre superior al de la actividad económica -aunque esto tenga el efecto negativo de reducir la productividad-, y hemos comprobado que esto ni se ha producido en un año relativamente bueno en términos globales ni desde luego va a suceder durante el presente ejercicio». En su opinión unánime, el desacoplamiento entre un fuerte aumento del PIB y un magro crecimiento del empleo solo tiene una explicación: la persistencia de la rigidez del mercado laboral, que se ha intensificado aún más con la contrarreforma del Gobierno.

Además, estos resultados nada favorables han tenido lugar a pesar de que se ha inyectado mucho dinero en el sistema productivo -como refleja fielmente el aumento del déficit del Estado y el incremento de la deuda pública- con toda la clase de ayudas y subvenciones diversas para paliar los efectos de la crisis entre los consumidores, más los primeros proyectos puestos en marcha con motivo de los fondos europeos -aunque su ejecución esté siendo muy lenta y discutible, con el Parlamento Europeo en pleno escrutinio sobre cómo el presidente Sánchez está utilizando el dinero concedido por Bruselas.

La evolución del último trimestre del año deja no obstante 81.900 ocupados menos, el mayor descenso para este trimestre desde 2013, cuando cayeron en 94.800 personas. En cuanto a la tasa de desempleo, está se ha situado en el 12,9%, la cota más alta de la Unión Europea, hasta suponer el doble que el porcentaje de la zona euro. El número de parados superó los tres millones en el conjunto de 2022, y en el último trimestre registró la mayor subida en un cierre del año desde 2012.