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¡Es el mercado, amigo!

La carrera de PNV y Bildu para controlar a Sánchez… y que pagaremos todos

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Tranquilos, que no vamos a analizar en esta columna los intríngulis de la política vasca, que son complicadísimos y en OKDIARIO tenemos otros columnistas que los conocen mucho mejor. Pero sí vamos a hablar de las consecuencias que la batalla entre PNV y EH Bildu va a tener para la economía y las empresas españolas. Porque esta semana hemos tenido varios acontecimientos muy ilustrativos a ese respecto.

No es ningún secreto que los dos partidos, uno de derechas y otro de extrema izquierda, compiten por la hegemonía del voto nacionalista en el País Vasco. Y los dos quieren apuntarse tantos sacando ventajas y dinero al Gobierno «de Madrid», dado que Pedro Sánchez necesita los votos de ambos para sacar adelante cualquier ley.

Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu en el Congreso.

Esta semana, la antigua Batasuna ha conseguido que el Ejecutivo ceda a las Haciendas forales vascas (y a la navarra, ya se sabe cómo ven ellos a esta comunidad) la recaudación de los nuevos impuestazos a banca y eléctricas. En OKDIARIO ya les contamos que el PNV iba a amenazar con vetar estos tributos si no se los transferían. Ahora, Bildu les ha adelantado por la derecha. Y hay que recordar que BBVA, el segundo banco español, e Iberdrola, la primera eléctrica, tributan en el País Vasco. O sea, que estamos hablando de mucho dinero. Los bildutarras lo anunciaron a bombo y platillo el jueves en una rueda de prensa en el Congreso del «Estado español».

Agujero de las pensiones

El PNV contraatacó de inmediato y ese mismo día logró un acuerdo para renovar el famoso cupo vasco (el «cuponazo» como lo llamaba con acierto Ciudadanos) durante cinco años a razón de casi 1.500 millones que le pagaremos todos los años el resto de los españoles.

Sí, se supone que el cupo es lo que paga el País Vasco al Estado por los impuestos que recauda y que le «sobran» tras pagar los servicios que son de su competencia, pero hace años que sale negativo. Es decir, encima de recaudar ellos sus impuestos (que son más bajos en la mayoría de los casos), los demás les damos más dinero todavía. De esto no se habla cuando se critica que Ayuso baje los impuestos en Madrid.

Manifestación de pensionistas en el País Vasco.

Y lo más importante de esta negociación: el agujero de las pensiones vascas (las más altas de España, por lo que sorprende que allí sea donde más protestan los jubilados) lo cubriremos también todos los españoles. Es fantástico: quiero una caja autonómica de la Seguridad Social para repartir las pensiones pero quiero la caja única para pagarlas. Y Sánchez tragando, claro. Como con el impuesto a «los ricos», que también deja fuera al País Vasco aunque va a hacer subir el de Patrimonio en comunidades como Cataluña o Asturias.

CAF y Talgo

En lo que es imbatible el PNV es en el mundo empresarial; ya se sabe que la extrema izquierda esto del capitalismo no lo entiende muy bien. Y en OKDIARIO les hemos contado en exclusiva la megaoperación que ha puesto sobre la mesa del Gobierno para crear un gigante español (vasco) del transporte: la fusión de CAF y Talgo (fabricantes de trenes), donde también quiere incluir la de Solaris -filial de CAF- e Irizar (autobuses). Un empresón que entraría sin duda en el Ibex 35 y que estaría controlado por el Gobierno vasco a través de Kutxabank, principal accionista de CAF tras los trabajadores.

El PNV lleva años tratando de convertir al País Vasco en el relevo de Cataluña como gran núcleo empresarial y, en consecuencia, generador de riqueza de España, aprovechando el declive catalán por culpa del procés y del sindiós de Colau: lo que se ha dado en llamar Euskadi S.A. Para ello, quiere protagonizar grandes operaciones corporativas como la citada del transporte y en su día la de BBVA-Bankia y la de BBVA-Sabadell, donde quería colar de rondón a Kutxabank, pero ninguna fructificó, como es sabido.

La joya de su corona, indiscutiblemente, es Iberdrola. Ya es la eléctrica más grande de España y uno de los principales players de Europa, pero quiere llegar a la élite mundial y ser la mayor empresa de España (de cualquier sector). Su intención es dar el salto definitivo con la adquisición de una eléctrica europea que ponga a Iberdrola a la altura o por delante de las Enel, E.ON, RWE, etc. «Galán tiene carta blanca para poner el broche de oro a su mandato en Iberdrola porque esa supereléctrica tendría su sede en Bilbao», según una fuente conocedora de la situación.

Hay que reconocer al partido de Andoni Ortuzar que está llevando a cabo una estrategia mucho más inteligente que la de los nacionalistas catalanes: tras el fracaso del célebre ‘plan Ibarretxe’, ha descartado la confrontación con el Estado y se ha centrado en conseguir cada vez más dinero y privilegios para su comunidad (o sea, lo que hacía CiU antes de volverse locos). Y lo está consiguiendo, sin ninguna duda. Eso sí, a costa del dinero de todos los demás españoles. Y cada vez con más dificultades para mantener su tradicional hegemonía ahora que Bildu se ha sumado a conseguir también prebendas económicas para Euskadi.