El cambio climático se convierte en una de las principales preocupaciones para las aseguradoras

El cibercrimen se mantiene como la principal amenaza a la que se enfrenta el sector seguros, según el informe Banana Skins 2023, elaborado por PwC

Cambio climático aseguradoras

La preocupación por los desastres naturales aumenta entre la industria aseguradora. El aumento de la frecuencia y sobre todo la gravedad de estos, ha conseguido que el cambio climático se haya convertido en una de las principales inquietudes del sector.

Así lo desvela el último informe Banana Skins 2023, elaborado por PwC y el Centro de Estudios para la Innovación Financiera (CSFI), que prueba que el cambio climático gana peso en el día a día de las compañías aseguradoras, preocupadas principalmente por los riesgos de la transición hacia una economía baja en carbono y una posible depreciación de sus activos, así como la exigencia de reporting en materia de sostenibilidad.

Sin embargo, la mayor preocupación del sector seguros sigue siendo la ciberdelincuencia: la fuga de información, el robo de datos potencialmente sensibles, la suplantación de identidad, los ataques de phishing y ransomware, y el acceso universal a la inteligencia artificial, siguen suponiendo un quebradero de cabeza para las aseguradoras por el alto coste en términos presupuestarios y económicos que supone.

El análisis, que desde 2007 monitoriza cada dos años la evolución de los riesgos del sector seguros, coloca de nuevo en segunda posición la regulación y los retos que derivan de las nuevas normativas que entran en vigor: la IFRS 17 (la regulación en materia de distribución de seguros), la normativa de conducta, la resiliencia operativa digital (DORA), o la futura Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD).

Cambios regulatorios cuyo cumplimiento, preocupa a los directivos ya que requiere de una inversión que podría afectar a la capacidad de innovación, de desarrollo de nuevos productos y, en definitiva, a la competitividad de sus empresas.

La tecnología, la situación económica actual o la falta de talento también preocupan al sector

Según revela el estudio realizado por PwC, las aseguradoras temen no ser capaces de seguir el ritmo abrumador de los avances tecnológicos; siendo uno de los mayores obstáculos para mantenerse a la vanguardia, los costes; particularmente en un contexto en el que es difícil saber por qué tecnologías apostar y hasta qué punto será posible rentabilizar estas inversiones.

Suben también en esta clasificación los problemas para atraer y retener talento, la gestión del cambio, los efectos de un contexto geopolítico y macroeconómico volátil con altas tasas de inflación, y la reducción de costes.

El estudio pregunta también a los directivos del sector cómo de preparados consideran que están para afrontar estas amenazas. En una escala de 1 (poco) a 5 (bien preparado), la respuesta media de los entrevistados sitúa el nivel de preparación en 3,20 puntos; por debajo del 3,22 registrado hace dos años, lo que sugiere un ligero deterioro de la confianza de las empresas. Una seguridad que cae aún más en todo lo relacionado con la tecnología (incluido el cibercrimen), y el cambio climático.

Desde PwC, Pedro Díaz-Leante, socio responsable de Seguros, pronostica que tras la estabilización del entorno macroeconómico, “la agenda de los consejos de administración de las empresas aseguradoras estará marcada, sin lugar a dudas, por la respuesta a las amenazas derivadas de la innovación tecnológica -donde la inteligencia artificial será disruptiva-, la seguridad y la obsolescencia, y por los efectos del cambio climático, a los que se suma una avalancha regulatoria en estas cuestiones. DORA y CSRD son un buen ejemplo de ello”.

 

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