Economía
apagón España

La caída de las centrales solares provocó una reacción en cadena a la que España no puede responder

Un pico de energía tumbó la aportación solar al sistema, que no pudo cubrir la demanda y tuvo que apagarse

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Un pico de energía procedente de Europa (sin saber de qué punto todavía) provocó una reacción en cadena que tumbó la generación de las centrales de energía solar y que terminó por colapsar la red en España. El mix energético actual no tiene capacidad de adaptación ante cambios muy bruscos porque carece de inercia, cualidad que permite sobreponerse a los picos de demanda.

El sistema eléctrico se diseña para que haya pocas centrales, muy grandes, que generan energía y la transportan a las ciudades. Son centrales controlables, que pueden quemar más gas, carbón… lo necesario para satisfacer la demanda. Cada central cuenta con una suerte de filtro, a modo de controlador, que eleva o reduce la producción en función de la demanda, para que siempre estén equilibradas.

Cualquier desequilibrio, por exceso o por defecto, puede llevar a la desconexión de una central, del tipo que sea, por lo que es necesario en ese momento acudir a la centrales controlables, que tienen mayor inercia, para readaptar el flujo.

Lo que ocurrió ayer es que un pico de energía (no explicado aún) procedente de Europa, provocó un exceso de energía solar que los inversores, que son los controladores de las centrales solares, no fueron capaces de asimilar. Esos inversores de las solares son los peores dispositivos en cuanto a capacidad real de adaptación. No pudieron asimilar el pico de energía y se apagaron. De hecho, la aportación solar al mix energético en España se fue casi a 0, y derivó esa energía a otros lugares.

Pese a contar con las nucleares españolas funcionando al 50%, la inercia no fue suficiente para adaptarse a lo ocurrido. Se pasó de un exceso de generación a un defecto.

Había demasiada energía para la demanda, pero tras la caída de la solar, había más demanda que energía. El mix de España no permitía adaptarse a tiempo, por lo que se trató de acudir a Francia que, en un primer momento, trató de hacerse cargo. Cuando los galos vieron que podían sufrir la misma reacción en cadena que España, desconectaron esa ayuda, con lo que España quedó como una isla.

Así se evitó la propagación. España ya había comenzado un apagón para evitar el colapso o el estallido de las centrales. Los controladores saltaban y todo se quedaba a oscuras.

Mix renovable y actuación en Francia

La época del año es de las peores en cuanto al mix energético y la inercia. Entra muchísima energía renovable al sistema (más del 75% en España, en torno al 90% en Portugal), y por lo tanto la capacidad de reacción es mucho más limitada que si esa energía se aportara mediante las mencionadas centrales controladas.

La realidad de Francia fue distinta. No es que actuaran antes, y por lo tanto pudieran frenar su colapso, es que España no tenía la capacidad de hacer frente a ese colapso. La inercia con la que cuentan por su mix energético les permitió que, tras observar lo que ocurría, frenasen el contagio. España no contaba con inercia suficiente para hacerlo, y el mix renovable, tal cual está compuesto, hace imposible que reaccionemos a tiempo.

Cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez apunta a los operadores privados equivoca el tiro, en tanto que el problema no se resuelve desde el punto de vista empresarial. Hasta que no varíe el tipo de control en determinadas centrales renovables, especialmente la solar, es necesario tener un mix coherente que permita un tiempo razonable de reacción al sistema. Algo que no ocurrió ayer.