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La Bolsa se olvida de las pymes: el BME Growth apenas negocia 1 de cada 4 valores cotizados al día

El BME Growth, la denominación que hoy recibe el antiguo Mercado Alternativo bursátil creado para dotar de acceso a la financiación del mercado a las pequeñas y medianas empresas (pymes) sigue sin ganarse el interés de los inversores. El índice bursátil español acoge un total de 135 empresas, de las que apenas un puñado de ellas -sólo las más conocidas-cruzan operaciones cada día. De hecho, el viernes pasado, de las 135 pequeñas y medianas empresas que han salido a Bolsa apenas 35 registraron negociación. Aunque siempre hay excepciones como la decisión de Bankinter de llevarse a Francia la cotización de la Socimi Montepino.

Y ello, pese a que la inversión en acciones de este mercado de pymes cuenta con beneficios fiscales para los inversores y a que las empresas, en su conjunto, reflejan una buena fortaleza frente a la crisis y un crecimiento sólido de su actividad y sus beneficios. Y ello, frente a una situación económica marcada por la guerra en Ucrania, la crisis energética, las presiones inflacionistas y, como señala Bolsas y Mercados Españoles (BME), gestora de los mercados de valores: «A pesar del encarecimiento de la financiación, factor clave para impulsar a las compañías en fase de crecimiento como las de BME Growth».

Los mayores crecimientos en ventas se registran en los sectores más orientados a la innovación (principal grupo de empresas de BME Growth). Si se excluyen a las Socimi (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria), que también muestran importantes crecimientos, las cotizadas en este mercado alternativo aumentaron un 41% su cifra de negocios en 2022. Consideradas todas las cotizadas en este mercado, el incremento de ventas alcanza el 34%.

En términos de rentabilidad, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) agregado alcanza los 992 millones de euros, equivalentes a una subida interanual del 30%. En cuanto a empleo, las compañías cotizadas en este mercado alternativo suman un total de 28.712 trabajadores.

Pese al escepticismo inversor, las empresas sí mantienen su interés en lograr liquidez para sus títulos y tener fácil acceso a la financiación de los mercados. En lo que va de año, el mercado específico ha incorporado a cuatro compañías más, tres inmobiliarias y una de energías renovables: Milepro Logística de última Milla Socimi y Ktesios Real Estate Socimi (en mayo) y Miciso Real Estate Socimi y Grupo Greening, en abril.

Los principales apoyos fiscales para el inversor en acciones cotizadas en BME Growth se producen en las comunidades autónomas de Aragón, Galicia y Madrid que han introducido sus diferentes medidas como apoyo a las pequeñas y medianas empresas. De hecho, varios países europeos cuentan con incentivos fiscales e instrumentos de inversión potentes (fondos) dirigidos a aquellos particulares que inviertan a largo plazo a través de estos fondos.

Los inversores de la Comunidad de Madrid cuentan, desde 2010, con una norma que establece la deducción por la compra de acciones adquiridas en una ampliación de capital o una oferta pública de valores (OPA), siempre que se trate de empresas «del segmento BME Growth». La comunidad madrileña persigue con ello, «fomentar la participación de inversores privados en unidades productivas y de gran potencial expansivo establecidas en la Comunidad de Madrid». Los inversores pueden deducirse de su declaración fiscal del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) el 20% de lo invertido hasta un máximo de 10.000 euros. Para ello, las acciones adquiridas han de mantenerse, al menos, dos años. La participación no puede superar el 10% del capital y la empresa debe estar domiciliada (social y fiscalmente) en la Comunidad de Madrid, y no debe tener como actividad principal la gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario, tal como recoge la ley del Impuesto sobre el Patrimonio.

En Galicia, desde 2011 los ahorradores e inversores gallegos (o domiciliados en esa comunidad) se reconocen interesantes deducciones «por inversión en acciones de entidades que cotizan en el segmento de empresas en expansión del mercado alternativo bursátil».  La deducción -sobre la cuota autonómica- alcanza el 15% y con un límite de 4.000 euros, el 15% de las cantidades invertidas durante el ejercicio en que se compraron las acciones como consecuencia de acuerdos de ampliación de capital. Es decir, la Xunta de Galicia prima el apoyo a la financiación de las pequeñas y medianas empresas por parte de los particulares. Para acceder a esa ventaja fiscal el inversor no podrá superar el 10% del capital de la empresa y deberá mantener tres años sus acciones.

En Aragón hay en vigor una ley autonómica que establece una deducción de la cuota íntegra autonómica del impuesto por inversión en acciones específicamente para los títulos de empresas que cotizan en BME Growth. En la cuota íntegra autonómica del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, el inversor que no supere una participación del 10% en la empresa y mantenga sus acciones, como mínimo, dos años podrá aplicarse una deducción del 20% de las cantidades invertidas durante el ejercicio. La norma aragonesa (en vigor desde 2010) establece un importe máximo de dicha deducción de 10.000 euros. Eso sí, la empresa en la que se invierta ha de tener su domicilio social y fiscal en esa comunidad autónoma y no debe dedicarse a la gestión de patrimonio mobiliario o inmobiliario.

Facilitar el salto al Ibex

Mientras tanto, las autoridades y supervisores bursátiles buscan medidas para facilitar y animar a las empresas a que coticen en Bolsa. La vicepresidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Montserrat Martínez Parera, apostó el pasado martes por flexibilizar la obligación legal de pasar del BME Growth, el segmento de la bolsa creado para las pymes, al mercado continuo si una empresa supera los mil millones de capitalización.

Martínez Parera ha reconocido en alguna ocasión que esta obligatoriedad «puede ser demasiado rígida» y necesitar «una reflexión al respecto».
Según la Ley de Mercados de Valores y Servicios de Inversión, cuando una empresa que cotiza en un sistema de negociación alternativo como es el BME Growth supera los mil millones de capitalización durante más de seis meses debe solicitar su admisión en un mercado regulado.

Eso supone para las empresas tener que asumir más obligaciones de información y regulatorias, aunque la ley prevé un periodo transitorio de dos años en el que pueden acogerse a algunas exenciones de difusión de información.

Por otro lado, la vicepresidenta de la CNMV también ha señalado la necesidad de fomentar la inversión institucional mediante instrumentos que den liquidez en el BME Growth, que tiene una negociación muy inferior a la de Bolsa, con diversas periodicidades (quincenales, mensuales, etc.).

Para ello, ha dicho, se pueden articular medidas que ayuden a elevar la demanda por parte de los inversores como aumentar la difusión de análisis sobre estas compañías, ha añadido.