Economía
EMPRESAS

Boeing recorta el 10% de su plantilla y echa a 17.000 empleados para reducir costes

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

Boeing recorta el 10% su plantilla, alrededor de 17.000 empleos, como respuesta a la crisis que vive el fabricante de aviones y en medio de una huelga de trabajadores por el nuevo convenio colectivo. En concreto, en la región de Seattle (EEUU), el sindicato de los trabajadores de la empresa convocó una huelga por primera vez en 16 años y ha rechazado la oferta del fabricante para subir un 25% los salarios.

Las reducciones incluirán a ejecutivos, gerentes y empleados, ha asegurado el CEO de la compañía, Robert Kelly Ortberg, a los trabajadores. Boeing cerró el 2023 con 171.000 empleados. Por otro lado, Ortberg también ha anunciado que la primera entrega del avión 777X de Boeing se realizará ahora en el año 2026.

La compañía aseguró que espera obtener ingresos en el tercer trimestre de 17.800 millones de dólares y una pérdida de 9,97 dólares por acción, según las cifras preliminares.

Boeing ya ha iniciado una serie de planes de reducción de costes. La compañía ha suspendido a algunos trabajadores, ha congelado las contrataciones y ha reducido los viajes corporativos.

Por otro lado, el fabricante tiene previsto actualizar sus cuentas financieras el próximo 27 de octubre con datos del tercer trimestre, tras triplicar sus pérdidas netas hasta los 1.794 millones de dólares (1.654 millones de euros) en el primer semestre de 2024.

Crisis en Boeing

Boeing mantiene un sistema muy descentralizado, dependiente de numerosos proveedores, que les ha llevado a polémicas como todo lo relacionado con el 737 MAX. La empresa tiene numerosos proveedores, algo que le ha costado al fabricante más de un disgusto.

Tanto es así que su siguiente movimiento está siendo intentar comprar a su principal proveedor, Spirit AeroSystems. Con esta operación, la multinacional busca acabar con la polémica del 737 MAX.

El 737 MAX no es más que el resultado de una disputa empresarial entre Boeing y Airbus. Cuando este último crea la familia A320 NEO (new engine option, por sus siglas en inglés, porque montan motores nuevos), Boeing se ve apresurado a ampliar su 737 con celeridad.  El A321 XLR es la última iteración de la familia NEO, un transoceánico de pasillo único.

Así, Boeing crea el 737 MAX con tal rapidez que provoca numerosos problemas. Para empezar, ocasiona varios accidentes con cientos de fallecidos por un problema relacionado con el software. Un programa de ordenador que no obedece al piloto y que corregía el vuelo en el despegue porque interpretaba que el avión estaba cayendo.

Corregido ese problema, el modelo volvió a salir en las noticias por sucesos como el de Alaska. En aquella ocasión, una puerta del avión salió expedida en el aire, aunque no hubo fallecidos. Todo esto puso al 737 MAX en el foco mediático. Es verdad que, en la actualidad, los pilotos declaran no tener ningún miedo a conducir estos aviones y, estadísticamente, sus fallos no son relevantes si se comparan con cualquier otro tipo de avión, pero su sentencia en el ámbito popular ya está dictada.

Boeing 707 E-6B Mercury.

Los reiterados accidentes, según Boeing, han sido causa de fallos de control en el proceso de montaje, es decir, culpa de sus proveedores. La empresa tiene tal cantidad de cesiones a otras compañías que esto se volvió un problema. Evidentemente, las autoridades estadounidenses han apretado para que se incrementaran las inspecciones, que ahora son omnipresentes.