Economía

Bitcoin y criptomonedas: ¿por qué no nos fiamos de ellas?

Las criptomonedas llevan ya tiempo avisando de que han venido para quedarse. Bitcoin es la más conocida, pero ya hay otras como Ethereum que cada vez cuentan con mayor popularidad. Aun así, la sociedad todavía mira este tipo de divisas con recelo. ¿Por qué?

Tanto Bitcoin como el resto de criptomonedas nacieron como respuesta a la manipulación monetaria que llevan a cabo los bancos centrales de todo el planeta (como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal) con la ayuda de las grandes entidades bancarias.

«Representantes de grandes bancos mundiales han criticado Bitcoin. Se ha acusado a la criptodivisa de ser una moneda para criminales e insegura, pero creo que lo que sucede es que los grandes bancos se sienten presionados por la nueva moneda, pues va más allá de lo que ellos controlan», señala Kay Van–Petersen, estratega global-macro de Saxo Bank.

En 2012, el BCE definió ‘moneda virtual’ como un tipo de dinero no regulado, digital, emitido y por lo general controlado por sus desarrolladores, y utilizado y aceptado entre los miembros de una comunidad virtual específica. La moneda digital, sin embargo, es una forma de moneda virtual que se crea y se almacena electrónicamente.

El consejero delegado de JP Morgan, Jamie Dimon, advirtió en una ocasión de que el Bitcoin «es un fraude», y que llegará un momento en el que «su burbuja estallará y será peor que la de los tulipanes que se produjo en el siglo XVII».

En otra ocasión, Dimon aseguró irónicamente que Bitcoin es un modelo de obtención de fondos“muy útil” si se encontrara en Venezuela, Ecuador o Corea del Norte, e incluso si se diera el caso de que fuera un traficante de drogas, al asimilarlo con una herramienta para el blanqueo de dinero.

Los bancos centrales (dependientes del poder político) y las grandes entidades financieras miran con recelo a estas nuevas divisas, puesto que las ven como una amenaza al actual sistema monetario. Perder la manipulación de la divisa es algo que no están dispuestos a asumir.

La semana pasada, la cotización de Bitcoin se hundió casi un 30% tras tocar máximos históricos. Incluso pese al desplome de los últimos días, el Bitcoin mantiene una revalorización superior al 700% en el último año y su capitalización de mercado se encuentra en torno a los 110.000 millones de dólares. En total, el mercado de criptodivisas registra una capitalización de 203.000 millones de dólares, según CoinMarketCap.

«Uno de los principales problemas de Bitcoin es que no se amplía correctamente a medida que más y más usuarios lo adoptan. Esto hace que las transacciones sean cada vez más lentas», explica Daniele Bianchi, profesor de Finanzas de la Warwick Business School e investigador de criptomonedas.

Las transacciones y operaciones realizadas con BitCoin son públicas y pueden comprobarse en el registro de libre acceso en el que están almacenadas, pero eso sí,resulta imposible conocer la identidad de los propietarios, un hecho que sus detractores han aprovechado para acusar a la criptomoneda de mecanismo de blanqueo de narcotráfico y diversas actividades ilegales.

No obstante, parece que los inversores, a la hora de la verdad, han dado su aprobación a la moneda virtual. Por ejemplo, en medio de la tormenta financiera que fue la mañana en la que se conocieron los resultados definitivos del Brexit. Aquel día, los inversores decidieron confiarle su capital a este activo aún mirado con recelo llamado BitCoin.