Economía
Evita hablar de recesión

El BCE revisa al alza sus proyecciones para la inflación y a la baja las de crecimiento

El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado al alza sus estimaciones para la inflación y a la baja las de crecimiento tras anunciar la mayor subida de tipos de interés de la historia. El organismo ha incrementado el precio del dinero en 0,75 puntos, hasta el 1,25%. El banco central evita hablar de recesión o contracción económica pese al empeoramiento claro de las perspectivas.

Los expertos de la entidad presidida por Christine Lagarde han revisado “significativamente al alza” las proyecciones de inflación, según recoge el comunicado sobre la decisión de tipos de interés. El BCE espera ahora que la inflación cierre este año en el 8,1%, frente al 6,8% que estimaron en junio. El IPC en 2023 bajaría al 5,5%, desde el 3,5% calculado previamente, y en 2024 se situaría en el 2,3%, mientras que se esperaba que en dicho año se alcanzase el objetivo del 2%.

El banco central de la zona del euro explica el empeoramiento de perspectivas por la “fuerte subida” de los precios de la energía, las “presiones de demanda” en algunos sectores por la “reapertura de la economía” y los cuellos de botella en la oferta. Por ello creen que la inflación continuará aumentando en el corto plazo desde el 9,1% que cerró en agosto, máximos históricos.

El organismo espera que a media que los actuales determinantes de la inflación “vayan desapareciendo con el tiempo” y que la normalización monetaria “se transmita a la economía y a la fijación de precios”, la inflación descenderá.

El BCE reconoce que la revisión sobre el crecimiento económico hasta 2024 ha sido “notablemente a la baja”. Los expertos de la entidad creen que la economía cerrará este año con un crecimiento del 3,1%, superior al 2,8% de la previsión anterior. El empeoramiento se produciría a partir de 2023 cuando la economía crecería el 0,9%, desde el 2,1% anterior, y en 2024 aumentaría el 1,9%, también desde el 2,1% previsto con anterioridad.

El comunicado señala que la economía apunta a una “desaceleración sustancial” y que se espera “un estancamiento” durante los últimos meses del año, pero el organismo evita usar las palabras recesión o contracción económica. El BCE explica los peores cálculos por los “elevados” precios de la energía que están “reduciendo” el poder adquisitivo de los ciudadanos y que la guerra en Ucrania “está afectando a la confianza de las empresas y de los consumidores”.