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BBVA y Santander toman la iniciativa para negociar una quita y cerrar la refinanciación con Eroski

La cooperativa presidida por Agustín Markaide pedía 500 millones de quita, pero los bancos no están dispuestos a llegar tan lejos

En los últimos días, el ‘pool’ bancario que negocia con Eroski cómo renovar su acuerdo de financiación que expira en julio de este año ha realizado sustanciosos avances. Según indican a OKDIARIO fuentes de los acreedores, sus delegados en las negociaciones tienen sobre la mesa un acuerdo de refinanciación que deberán de votar de forma conjunta en los próximos días. Este acuerdo incluye la aceptación de una quita sobre parte de la deuda de 2.275 millones de euros que la cooperativa vasca debe a entidades como Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell o Kutxabank.

En estas últimas semanas las posturas se están acercando entre Eroski y su banca acreedora. Sin embargo, fuentes financieras aseguran que Eroski está negociando principalmente con BBVA y Banco Santander, las dos entidades que agrupan la mayoría de la deuda. El banco azul tiene 400 millones de riesgo con la cooperativa vasca, mientras que el banco rojo tiene 600 millones si se suman su riesgo al que tenía Banco Popular.

Fuentes de la negociación indican que la esperanza de los negociadores de los hipermercados vascos es convencer a los dos principales bancos españoles y que la banca ya ha aceptado someterse a una  quita, dado que se está moviendo la negociación de la quita en una banda entre 100 y 300 millones de euros. Con este acuerdo, la quita que afrontaría el banco de Ana Botín y el de Carlos Torres oscilaría entre los 50 y los 150 millones de euros.

No existe la obligación de cerrar la refinanciación antes de acabar el año fiscal para evitar una salvedad en las cuentas por parte del auditor KPMG

La deuda bancaria acumula 2.275 millones de euros, y de este dinero 1.600 millones vencen el 31 de julio de 2019. Es para esta cuantía para la que existe más urgencia, aunque desde fuentes próximas a Eroski se asegura que no hay la obligación de cerrar la refinanciación antes de acabar el año fiscal, un cierre que se produjo el 31 de enero y que habría sido exigido por el auditor KPMG para no incluir una salvedad en las cuentas. Más bien, aseguran estas mismas fuentes, aún existe margen para cerrar la negociación con posterioridad al cierre del ejercicio fiscal y se evitaría un párrafo de énfasis que de una mala señal al mercado, tal y como el que KPMG redactó en octubre del pasado año y donde decía que «el importe total del pasivo corriente excede en 1.891 millones de euros al total del activo corriente, debido principalmente al vencimiento en julio de 2019 de las deudas que mantiene con entidades de crédito».

Eroski tenía en 2016 un ebitda de 136 millones, lo que hace que su ratio de deuda sea de 16 veces el beneficio antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones. Para hacernos una idea, las grandes empresas del sector se encuentran superando con poco el 3 aunque tengan problemas de endeudamiento.

Para KPMG, “la existencia de una incertidumbre material que puede generar deudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento que dependerá del resultado final de las negociaciones que se están llevando a cabo”.

Este periódico se ha puesto en contacto con fuentes oficiales de la cooperativa vasca, que prefieren no comentar sobre un acuerdo de financiación que se encuentra próximo a su cierre.