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El aviso de un experto sobre las tarjetas de fidelidad de los supermercados: esto es lo que tienes que decir si te la piden

Un experto en emprendimiento explica las tarjetas de fidelidad del supermercado y el porqué desean que nos las hagamos

Seguro que te ha pasado más de una vez: llegas a la caja del supermercado, colocas tus productos en la cinta, y justo cuando estás a punto de pagar, el cajero te lanza la pregunta: “¿Tiene la tarjeta de fidelidad?”. Si respondes que no, te explican muy amablemente que si te la haces puedes llegar a ahorrar mucho con cada compra. Y ahí es donde uno se queda pensando si realmente está perdiendo dinero por no tener una de esas tarjetas de fidelidad. Sin embargo la realidad es muy distinta, tal y como ha revelado un experto.

Seguro que tendrás la tarjeta de algún supermercado. Incluso puede que tengas varias tarjetas de fidelidad con las que acumulas puntos o tal vez generas vales o cupones descuentos para futuras compras. Porque claro,  ¿quién no quiere ahorrar? Pero, como bien dice el youtuber y experto en emprendimiento Javier Campos, detrás de esa simple tarjeta hay mucho más de lo que imaginamos. En uno de sus vídeos, plantea una escena que seguro nos ha ocurrido en el que al ir a pagar nos ofrecen la tarjeta y nosotros, pensando que es para ahorrar, nos la hacemos sin pensar que en realidad estamos ofreciendo algo muy valioso para el correspondiente supermercado. Algo que te explicamos al detalle a continuación.

El aviso de un experto sobre las tarjetas de fidelidad de los supermercados

El objetivo de las tarjetas de fidelidad de los supermercados, según Campos, no es solo fidelizarte, sino conocerte. Saber qué compras, cuándo, cuánto gastas, y usar esa información para enviarte ofertas tan ajustadas a tu perfil que acaban por parecer irresistibles.

De este modo, la primera clave que desvela Javier Campos tiene que ver con lo que entregamos cuando solicitamos una tarjeta de fidelidad: nuestros datos personales. Nombre, dirección, correo electrónico, número de teléfono… incluso a veces nos piden el DNI. Y al firmar el contrato o aceptar las condiciones, estamos dando luz verde a que esos datos se utilicen con fines comerciales.

No lo pensamos, pero al aceptar el consentimiento para que usen nuestros datos con fines comerciales, aceptamos recibir correos, mensajes y comunicaciones de todo tipo, con ofertas exclusivas que pueden parecernos tentadoras. Pero detrás hay una estrategia clara: no sólo se trata de informarte, sino de influenciar tu comportamiento como consumidor. Cada vez que usas la tarjeta, estás dejando un rastro que permite al supermercado saber exactamente qué productos compras, con qué frecuencia, y cuánto gastas.

La inteligencia artificial entra en juego

Uno de los aspectos más inquietantes del vídeo de Campos es cuando menciona el papel de la inteligencia artificial en todo este proceso. Con los datos que recogen gracias a la tarjeta, las grandes cadenas pueden aplicar modelos predictivos para saber qué podrías querer comprar en el futuro. Y eso les permite adelantarse a tus decisiones, lanzándote ofertas específicas que parezcan pensadas solo para ti.

Esta hiperpersonalización, que a primera vista podría parecer una ventaja, tiene una cara B. Porque si te ofrecen justo lo que sabes que te gusta, es mucho más probable que termines comprando, aunque no lo necesitaras en ese momento. Campos lo llama «truco psicológico”, y lo cierto es que es una estrategia estudiada para que tú mismo elijas ese supermercado como tu principal opción de compra, creyendo que tienes el control, cuando en realidad estás siendo guiado por una campaña bien planificada.

La falsa sensación de ahorro

Otro punto interesante a partir de lo que plantea este youtuber, es de qué modo se nos vende la idea de que, al tener la tarjeta, estamos ahorrando dinero. “Si la tuviera, hoy se habría ahorrado un 20%”, te dicen. Pero, ¿realmente es así?

En muchas ocasiones, los productos en oferta con la tarjeta son aquellos que la cadena quiere promocionar, y no necesariamente los que más necesitas. Además, esa percepción de que estás ahorrando puede llevarte a comprar más de lo que comprarías normalmente. Como resultado, la promesa de ahorro se diluye, y lo que parecía una buena estrategia económica puede acabar costándote más a largo plazo.

¿Qué deberías decir cuando te la ofrezcan?

En el caso de que nos veamos en la situación planteada por Campos, lo mejor es pensar bien si queremos o no que nuestros datos y hábitos de consumo sean usados con fines comerciales. Y en el caso de no querer esas ofertas constantes, o que nos estén enviando mensajes cada dos por tres, entonces es mejor rechazarla.

No se trata de rechazar toda tarjeta de fidelidad automáticamente, pero sí de tomar una decisión informada. Si realmente te interesa y vas a comprar con frecuencia en ese supermercado, puede que merezca la pena. Pero si simplemente estás respondiendo por inercia, tal vez estés entregando más de lo que estás recibiendo a cambio.

«No se les escapa nada»

La frase con la que Javier Campos cierra su vídeo es toda una declaración de intenciones: “No se os escapa nada”. Y tiene razón. Las grandes superficies saben muy bien lo que hacen. Cada paso que damos, cada elección que hacemos, cada compra que realizamos queda registrada si usamos su tarjeta.

Y con esa información pueden construir una imagen bastante precisa de quiénes somos como consumidores. Desde luego, no es algo ilegal, pero sí es algo que merece nuestra atención.