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Así funciona la cuota de solidaridad y esto es lo que va a bajar tu sueldo

La cuota de solidaridad es una de las novedades que entrará en vigor en este 2025 como parte de la reforma de las pensiones impulsada en los últimos años y que debes conocer bien ya que dependiendo de cuál sea tu sueldo es posible que te afecte. En concreto, este nuevo gravamen afecta directamente a los salarios más altos, añadiendo una cotización adicional destinada a reforzar el sistema de pensiones y garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Si bien la cuota fue diseñada con un enfoque progresivo, su aplicación tiene implicaciones directas en la nómina de los trabajadores con mayores ingresos y en los costes de las empresas.

Para entender bien en qué consiste y cómo se aplica la cuota de solidaridad en la nómina de algunos trabajadores, tenemos que hablar primero de la reforma de las pensiones, dividida en dos etapas (2021 y 2023), que buscaba incrementar los ingresos del sistema para afrontar el envejecimiento de la población y el aumento de la factura de las pensiones. Una de las medidas más destacadas era, y sigue siendo, el destope de las bases máximas de cotización, que permite a la Seguridad Social recaudar más de los salarios más elevados. Pero además a este cambio se le suma la introducción de la cuota de solidaridad, un gravamen adicional que se aplicará a las retribuciones que superen los 4.909 euros brutos mensuales, equivalentes a una base máxima anual de 58.908 euros en 2025.

De este modo, el destope de las bases máximas irá acompañado de un incremento anual, sumando al índice de precios al consumo (IPC) un 1,2% adicional hasta 2050. Este ajuste, aunque gradual, implica una carga significativa tanto para empleados como para empleadores.

Cómo funciona la cuota de solidaridad

La cuota de solidaridad tiene un diseño progresivo que se aplicará en función del exceso del salario sobre la base máxima de cotización. En 2025, el tipo impositivo se dividirá en tres tramos:

De esta cuota, la mayor parte será asumida por la empresa (83,4%), mientras que el trabajador cubrirá el 16,6%. Esto significa que el impacto directo sobre el sueldo neto del empleado será menor, pero eso no quiere decir que no vaya a ser insignificante.

Ejemplos prácticos: cómo afecta a tu sueldo

Para entender el impacto de esta cuota, consideremos diferentes escenarios:

A medida que se implemente esta medida, su impacto crecerá progresivamente. En 2045, el tipo definitivo alcanzará entre un 5,5% y un 7%, dependiendo del tramo salarial.

Otras cotizaciones que afectan al salario

Además de la cuota de solidaridad, 2025 trae también un aumento en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Este impuesto, diseñado para fortalecer el Fondo de Reservas de la Seguridad Social, afecta a todos los salarios sin importar su cuantía. El MEI, que comenzó en 2023 con un 0,6%, subirá a un 0,8% en 2025, distribuyéndose entre empleador (0,67%) y empleado (0,13%).

A diferencia de la cuota de solidaridad, el MEI no genera derechos adicionales para la pensión, pero sí impacta en los ingresos netos de los trabajadores y en los costes laborales de las empresas.

¿Quiénes están exentos?

Como ya hemos visto con los ejemplos mencionados, la cuota de solidaridad se aplicará a quienes tengan ingresos más elevados. Sin embargo, están exentos aquellos que coticen bajo el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Sin embargo, afecta tanto a empleados del Régimen General de la Seguridad Social como a los del Régimen de Trabajadores del Mar.

Implicaciones a futuro

Si bien estas medidas buscan garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, su impacto no es menor. Para los trabajadores con salarios elevados, estas cotizaciones reducen su ingreso neto, mientras que las empresas deben asumir un coste laboral adicional significativo. A largo plazo, estos cambios podrían influir en la negociación salarial y en la forma en que las empresas diseñan sus estrategias de remuneración.

En definitiva, la cuota de solidaridad y las reformas asociadas a la reforma de las pensiones representan un ajuste necesario pero no exento de polémica. Su progresividad busca proteger a los ingresos más bajos, pero plantea desafíos significativos tanto para los trabajadores con mayores ingresos como para las empresas que deben asumir costes adicionales.