Economía
POLÍTICA MONETARIA

El ala dura de la Fed quiere seguir subiendo tipos: «Los avances contra la inflación son insuficientes»

No sólo hay halcones en el Banco Central Europeo, partidarios del rigor monetario a toda costa. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) también cuenta con su ala dura, que presiona para seguir subiendo los tipos de interés con el argumento de que los avances en la lucha contra la inflación son todavía insuficientes. Michelle Bowman, anterior comisionada del Banco Estatal de Kansas y desde 2018 miembro del consejo de Gobierno de la Fed cree que, «aunque ha habido progresos», todavía hacen falta «múltiples» subida de tipos para dominar la inflación.

Susan Collins, responsable de la Fed de Boston, no sólo ha asegurado que los tipos deberán mantenerse altos durante un buen tiempo, sino que incluso habría que volver a subirlos. Además, la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, ha defendido al menos un incremento adicional de las tasas antes de final de año. En su última reunión, el banco central americano decidió darse una tregua y mantuvo el precio del dinero en el 5,25%.

El próximo jueves se publica el dato sobre la inflación americana de septiembre, que se prevé que sea algo mejor que la de agosto, igual que ha pasado con la europea. En concreto se espera una subida del 0,3% sobre el mes anterior y del 3,6% en el año, cifras mejores que las del mes anterior, que fueron del 0,6% y del 3,7%, respectivamente. En lo que respecta al índice subyacente -que descuenta los precios de los alimentos no elaborados y de la energía- se estima una subida mensual del 0,3% en línea con la de agosto, con lo que se situaría, en términos anuales, en el 4,1%, un nivel todavía muy alejado de cara a conseguir el objetivo del 2% que persigue la FED.

El ala dura del banco central americano sostiene que aún hay un riesgo permanente de que los precios de la energía sigan aumentando y puedan revertir parte de los avances conseguidos hasta la fecha. Por si esto no fuera suficiente, el estado de guerra decretado en Israel en respuesta a la masacre perpetrada por el grupo terrorista Hamás el pasado fin de semana, con cientos de muertos y miles de heridos, ha acabado de complicar el tablero geopolítico, ya desestabilizado por el conflicto entre Rusia y Ucrania provocado por la invasión de las tropas de Putin hace casi dos años.

El sesgo que finalmente adopte la Fed con los tipos será decisivo para comprobar la evolución de los mercados bursátiles de todo el mundo, que también están a la expectativa de cuál será la posición del Banco Central Europeo. Este ya ha dado a entender que en su reunión de este mes mantendrá inalteradas las tasas, pero también ha sugerido que éstas podrían volver a aumentar antes de que acabe el año.

El informe sobre la evolución del empleo de Estados Unidos confirma una fortaleza inusitada en el mercado laboral -lo que podría servir de aval para dar una nueva vuelta de tuerca a la política monetaria-, pero al mismo tiempo la subida de los salarios se desaceleró al 4,2%, aflojando las tensiones inflacionistas. La combinación de una fuerte creación de empleo y una moderación en los aumentos salariales es, sin duda, una expresión casi perfecta del «aterrizaje suave» deseado por los inversores, y esto propició una vuelta hacia terreno positivo del mercado americano.

La bolsa de Nueva York.

El S&P subió un 0,5% en la semana pasada, el Nasdaq un 1,6%, y el Dow Jones descendió un 0,3%, mientras que el Nikkei ha caído un 2,7%, el MSCI de Bolsas emergentes en dólares un 1,6% y el Eurostoxx un 0,7%, pese a la subida de última hora del viernes, tras publicarse el informe de empleo americano. El alza del viernes permitió al Dow Jones salir de los números rojos en el año (el martes el Dow había entrado en negativo a lo largo del ejercicio) y al S&P alejarse de los 4.200 puntos, un nivel al que los analistas técnicos dan gran importancia, al ser la media móvil de las doscientas últimas sesiones.

Fuentes próximas al BCE consultadas por OKDIARIO comentan que empieza a «haber lío en los mercados: los tipos de interés han aumentando mucho, las bolsas han asimilado completamente que el precio del dinero se mantendrá elevado durante mucho tiempo y los inversores han comenzado a tomar posiciones. El precio del bono alemán ha llegado a subir hasta el 3%, y el del español a diez años también ha superado el 4%», recuerdan los citados medios. Toda la deuda pública de los países miembros ha elevado su rentabilidad para ser colocada en el mercado y esta es la única razón de que «las primas de riesgo aparenten hasta ahora una cierta tranquilidad».

Pero esta situación puede cambiar de un día para otro «si las políticas fiscales de los países miembros continúan siendo expansivas, a pesar de las alertas que el BCE lleva tiempo lanzando».  Si se mantiene esta situación, «se obligaría a los bancos centrales a seguir endureciendo la política monetaria»: la Fed podría seguir subiendo tipos.