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Adiós deudas: lo que debes hacer con la cuenta del banco de alguien que ha fallecido

cuenta banco
Libreta de una cuenta bancaria.
Blanca Espada

La pérdida de un ser querido es algo terrible a nivel emocional, pero a la vez, trae consigo una serie de tareas complejas, entre ellas la gestión de sus bienes y cuentas bancarias. Si bien este proceso puede parecer confuso, es esencial manejarlo correctamente para evitar complicaciones legales y económicas. Desde el momento en que ocurre el fallecimiento, surgen preguntas sobre qué hacer con el saldo, las deudas y los derechos de los herederos.

En el caso de una cuenta bancaria, la situación puede volverse aún más delicada debido a las condiciones contractuales del banco y las implicaciones legales que tienen las herencias. No actuar de manera adecuada puede derivar en comisiones innecesarias, pérdida de fondos o conflictos entre herederos. Por ello, es fundamental conocer los pasos a seguir. A continuación, desglosamos las acciones más importantes para gestionar correctamente una cuenta bancaria tras el fallecimiento de su titular, así como las posibles consecuencias de no hacerlo.

Lo que debes hacer con la cuenta del banco de alguien que ha fallecido

Cuando fallece el titular de una cuenta bancaria, se deben tomar ciertas medidas de forma rápida para evitar problemas. Si tenemos las claves de dicha cuenta puede que nuestra primera idea sea la de sacar el dinero y luego acudir al banco a cerrarla, presentando el certificado de defunción. Sin embargo lo principal es seguir unos pasos que resultan fundamentales para hacerlo todo correctamente y no vernos salpicados con ningún tipo de reclamación que pueda hacer el banco.

Consultar la existencia de cuentas bancarias del fallecido

El primer paso es verificar si el fallecido poseía cuentas activas. Para ello, los herederos pueden acudir a la Administración Tributaria, que dispone de información sobre las cuentas registradas a nombre del fallecido. Esta verificación permite identificar saldos disponibles, posibles deudas o movimientos pendientes. Puede que pienses que la persona en cuestión sólo tenía una cuenta, pero si por ejemplo pagaba una hipoteca o tal vez tenía algo de dinero ahorrado en una cuenta remunerada, es fácil que tuviera más de una. Lo mejor entonces es verificar el número de cuentas en el banco de quien ha fallecido.

Notificar al banco sobre el fallecimiento

Es imprescindible informar al banco cuanto antes, presentando documentos como el certificado de defunción y una copia del testamento o declaración de herederos. Esta notificación es necesaria para que la entidad bancaria pueda iniciar el proceso de bloqueo de la cuenta y evitar movimientos no autorizados.

Cerrar las cuentas abiertas del fallecido

Mantener una cuenta abierta puede generar comisiones por mantenimiento, las cuales podrían convertirse en una carga para los herederos. El cierre de la cuenta es clave para evitar este tipo de problemas y proceder a la distribución de los fondos entre los beneficiarios.

Gestionar la herencia

La aceptación y partición de la herencia requiere documentación que demuestre la condición de heredero, como el inventario de bienes y el pago del Impuesto sobre Sucesiones. Solo después de cumplir con estos requisitos, los herederos podrán acceder a los fondos de la cuenta no sin antes haberse descontado cualquier deuda  o saldo pendiente que tuviera la persona fallecida.

Consecuencias de no cerrar la cuenta bancaria de un fallecido

No cerrar la cuenta bancaria de una persona fallecida puede generar problemas significativos:

  • Comisiones recurrentes: las entidades bancarias continúan aplicando comisiones de mantenimiento, lo que puede acumular deudas que deberán asumir los herederos.
  • Intereses negativos y embargos: en caso de que existan deudas asociadas a la cuenta, estas podrían desencadenar embargos que compliquen el reparto de la herencia.
  • Fondos no reclamados: si una cuenta permanece inactiva durante 20 años, los fondos pasan al Estado español. La Agencia Tributaria dispone de un canal específico para gestionar estas situaciones.

¿Qué ocurre con las deudas del titular fallecido?

En España, las deudas de una persona no desaparecen con su fallecimiento. Los herederos tienen tres opciones principales para afrontar esta situación:

  • Aceptar la herencia pura y simplemente: los herederos asumen tanto los bienes como las deudas del fallecido.
  • Aceptar la herencia a beneficio de inventario: en este caso, las deudas se liquidan exclusivamente con los bienes heredados, protegiendo el patrimonio personal de los herederos.
  • Renunciar a la herencia: si las deudas superan el valor de los bienes, los herederos pueden optar por renunciar a la herencia para no asumir responsabilidades económicas.

Consideraciones según el Banco de España

El Banco de España establece algunas pautas importantes sobre la disposición de fondos tras el fallecimiento del titular:

  • Cuentas individuales: sólo los herederos pueden disponer del saldo, previa presentación de la documentación requerida.
  • Cuentas conjuntas: los titulares sobrevivientes necesitarán el consentimiento de todos los herederos del titular fallecido para realizar operaciones.
  • Cuentas indistintas: los titulares sobrevivientes pueden seguir operando, pero las entidades bancarias pueden retener fondos para garantizar el pago del Impuesto sobre Sucesiones.

Además, los autorizados en cuenta pierden su poder de disposición tras el fallecimiento del titular, y los recibos esenciales, como los de suministros, pueden seguir cargándose para mantener el caudal hereditario.

Gestionar correctamente una cuenta bancaria tras el fallecimiento de su titular no sólo evita problemas legales, sino que también garantiza que los herederos puedan acceder a los fondos de manera adecuada y sin contratiempos. La información y la planificación son claves en este proceso.

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