Los bonos europeos celebran la hoja de ruta de Draghi: caen un 10% desde la reunión del jueves

La sede del Banco Central Europeo
Sede del BCE.

El pasado jueves, Mario Draghi se comprometió a que el Banco Central Europeo (BCE) no subiría los tipos de interés de referencia hasta, al menos, el verano de 2019. Esta decisión ha supuesto un bálsamo para los bonos de los países periféricos –como España, Italia o Portugal–, cuyas rentabilidades han caído en torno a un 10%.

Además de aplazar la subida de tipos a un año vista, Draghi anunció el fin del programa de compra de deuda soberana y corporativa, conocido como QE. Sin embargo, el punto y final tendrá lugar en diciembre y no en septiembre, como algunos analistas esperaban, lo que ha impulsado a los bonos y al euro a la baja.

En concreto, desde el pasado jueves, la rentabilidad del bono a diez años español ha caído desde el 1,435% hasta el 1,264% a cierre de sesión de este lunes, lo que supone una caída de en torno al 12%. En Italia, la situación es similar. El rendimiento del bono a diez años del país transalpino se situaba antes del anuncio de Draghi en el 2,925%. Ahora, se sitúa en el 2,611%, lo que implica un desplome de casi el 13%.

Gracias a este programa de compra de deuda tanto soberana como de empresas, las grandes compañías y los estados han podido financiarse hasta ahora a un coste reducido a costa de los ciudadanos. Esto ha supuesto un incentivo a seguir endeudándose y a continuar incurriendo en déficit público, por lo que en el futuro nuevo escenario los gobiernos deberán apretarse el cinturón.

Golpea a la banca

El aplazamiento de la subida de tipos de interés ha supuesto un varapalo para las entidades financieras, perjudicadas por las tasas bajas actuales que lastran su negocio tradicional. No obstante, aunque falte más de una año para ello, la retirada de estímulos acabará dando lugar a un incremento en los tipos de interés.

Esto mejorará los estrechos márgenes de las entidades financieras. Y es que el negocio bancario tradicional se basa en pedir prestado a corto para dejar luego ese dinero a largo plazo, beneficiándose de los diferenciales de tipos.

En esa línea, los fondos cotizados, también conocidos como ETFs –conjunto diversificado de activos que cotiza en bolsa– del sector bancario en el Viejo Continente también se están viendo resentidos tras las palabras del gobernador del banco central.

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