Zinedine Zidane rechazó un contrato de 120 millones de Arabia Saudí para dirigir por tres temporadas al frente del Al Ittihad, el equipo que acaba de fichar a Benzema y Kanté, pero el ex entrenador del Real Madrid, que lleva dos años sabáticos, rechazó la multimillonaria oferta porque quiere volver a entrenar en la elite.
Tras la negativa de Zidane a aceptar la oferta de Arabia Saudí, los responsables del proyecto de expansión de la liga saudí fueron a por Massimiliano Allegri, entrenador de la Juventus, al que pusieron sobre la mesa una propuesta de 90 kilos por las mismas tres temporadas que habían ofrecido antes a Zizou. El técnico italiano también dio calabazas a la oferta de Arabia Saudí.
El Al Ittihad es el actual campeón de la liga saudí, cuya expansión estratégica a nivel mundial pasa por el fichaje de alguno de los mejores futbolistas del mundo. Pero también quieren a los mejores técnicos y la llegada de Zidane habría supuesto otro espaldarazo más para el proyecto del gobierno Saudí y, de paso, un efecto llamada para otras grandes estrellas del césped y de los banquillos.
El color del dinero
Sin embargo, Zidane tiene muy claro que el siguiente paso de su carrera como entrenador no pasa por Arabia sino por Europa. Su sueño de entrenar a la selección de Francia ha quedado al menos aplazado después de la renovación de Deschamps y de las palabras del presidente de la Federación Francesa de Fútbol contra Zizou.
Las puertas de la Premier siempre las tendrá abiertas, pero el hombre de las tres Champions consecutivas tiene muy claro que debe acertar con la elección del proyecto más que con el nombre del equipo que elija.
Además, este verano Zidane rechazó por tercera vez al PSG justo antes que Nagelsmann. El técnico marsellés considera casi una traición dirigir al equipo emblema de París y ni todo el oro del mundo ni la oportunidad de ganar la Champions con el PSG le harán cambiar de opinión porque para Zizou, y lo lleva demostrando desde que era futbolista, el dinero nunca ha sido una prioridad.
