Deportes
Supercopa de España

Ter Stegen salva el Clásico

Habrá Clásico en la final de la Supercopa de España. Igual que le pasó al Real Madrid, el Barcelona tuvo que pasar por el suplicio de la tanda de penaltis, donde encontró a un imperial Marc-André Ter Stegen que detuvo los lanzamientos de Juanmi y William Carvalho. Fue el emocionante epílogo de una semifinal en la que el Betis nunca dio su brazo a torcer a pesar de que siempre fue a remolque (2-2). Lewandowski y Ansu Fati, autor de un golazo en la prórroga, anotaron en el tiempo reglamentario y también en la tanda, donde los culés fueron infalibles.

Frente a un equipo que aspiraba a pelearle la posición, Xavi quiso dotar de mayor dinamismo a su equipo y sentó al capitán Sergio Busquets a cambio de meter a otro extremo, en este caso Raphinha. Un planteamiento ofensivo que, paradójicamente, tuvo como máximo sostén a Marc-André Ter Stegen. El alemán fue el principal responsable de que su equipo llegará al descanso ganando. Posteriormente se acabaría confirmando como el héroe de la noche.

Y eso que el dominio del Barça fue total en los 20 primeros minutos. Tan solo la falta de finura de Lewandowski, impidió a los culés procurarse una ocasión clara. Se le escurrían los balones entre los tobillos. Parecía que se había puesto las botas al revés. Superada esta primera fase de agobio, el Betis se estiró ayudado por Koundé, que estuvo a punto de liar una de las gordas. Su tierno pase hacia Ter Stegen fue interceptado por Fekir, que regateó a Ter Stegen antes de que Araujo, quién si no, salvara al Barça.

En la siguiente jugada, Pedri marcó a centro de Raphinha atravesando el área bética como un puñal, pero apareció el famoso fuera de juego semiautomático. El brasileño estaba en posición ilegal por milímetros al recibir el balón. Nadie lo había visto, solo la tecnología. El gobierno de las máquinas ya está aquí.

La jugada no amilanó al Betis, que rozó el gol con un cabezazo de Pezzella detenido por Ter Stegen. Cada centro lateral en contra metía al Barça en la boca del lobo. El Betis sembraba el pánico en cuanto el balón recorría el cielo saudí. Y cuanto más dudas tenía el Barça, llegó el gol, esta vez legal. Dembélé, mareó por enésima vez a Ruibal, el hombre del pelo azul, y sirvió el pase interior a Lewandowski, que a falta de acierto tuvo suerte. Su primer remate pegó en el cuerpo de Luiz Felipe y no perdonó cuando la pelota volvió mansa a su bota derecha. La primera parte murió con dos grandes paradas de Ter Stegen a intentos de Rodri y Luis Henrique, la segunda con etiqueta gran reserva. Antológica.

Fekir firma la prórroga

La segunda parte empezó con la confirmación de que el único goleador de la noche era al mismo tiempo uno de los más desacertados. Lewandowski no conectó la pelota en un claro pase de la muerte servido por Jordi Alba. Xavi no se lo creía en la banda y sus compañeros tampoco. Manos a la cabeza en más de uno.

Entró la semifinal en una fase cansina sin dominador claro. Ni Fekir ni Pedri, los respectivos directores de orquesta, lograban hacerse con la batuta. Xavi movió ficha y metió a Busquets, en su partido 700 con el club de su vida, y Ferran Torres por De Jong y Dembélé, a pesar de que el francés estaba siendo el mejor de los suyos. Sin discusión, además.

Igual que ocurrió en el Metropolitano, el Barça adoptó su versión más pragmática, dejando que pasaran los minutos, sin importar que el Betis cargara el peso del partido. Pero era un rival de filo romo, sin contundencia en los metros finales, menos aún tras la salida de Borja Iglesias, cansado por su intensa pelea con Araujo. Hasta que emergió Fekir. El francés se sacó un disparo seco dentro del área. Esta vez ni Ter Sregen pudo evitarlo.

Pique de golazos

El Betis perdía a Fekir por agotamiento justo antes de que Ansu reclamara que sí, que ya el mismo futbolista que solía antes de sufrir su rosario de lesiones. El ’10’ empalmó una volea furiosa que cruzó todo el área del Betis y se coló en la portería, imposible para Claudio Bravo. El Barça volvía a ponerse por delante, pero su adversario se negaba a abandonar Arabia Saudí sin firmar su propio golazo. Lo hizo Loren con un taconazo memorable tras la enésima diablura de Luiz Henrique, un jugador que le ha salido bien barato al Betis. 2-2.