Supercopa de España

Ter Stegen lleva al Barcelona a la final

El Barcelona ha sacado su billete a la final de la Supercopa de España tras vencer en la tanda de penaltis a la Real Sociedad. El choque finalizó 1-1 y los azulgranas se impusieron por 2-3 desde el punto de cal

El Real Madrid o el Athletic, que juegan este jueves, se jugarán el otro puesto en la final de la Supercopa de España para disputársela al Barcelona

Barcelona

El Barcelona ya espera a Real Madrid o Athletic en la final de la Supercopa de España después de haberse impuesto en la tanda de penaltis a la Real Sociedad. El encuentro acabó 1-1 gracias a los tantos de Frenkie de Jong y el de Mikel Oyarzabal, pero Ter Stegen fue fundamental en la prórroga y en la tanda para mandar a su equipo a la final del torneo que se está disputando en Andalucía.

Arranca la Supercopa de España y no podía tener dos protagonistas mejores. Dos equipos históricos del fútbol español que tenían 90 minutos por delante para ganarse un puesto en la final del campeonato. Ambos clubes llegaban al choque sin sus dos magos: Leo Messi y David Silva. Pese a esto, tanto Barcelona como Real Sociedad tienen mucha calidad en sus plantillas y el espectáculo estaba garantizado con jugadores Pedri, Oyarzabal y compañía.

Rodaba el balón y el Nuevo Arcángel volvía a disfrutar del fútbol de más alto nivel a la espera que el Córdoba regrese a donde se merece. Mientras tanto tocaba ver a dos equipos de primera. El Barcelona, como visitante, salía con Ter Stegen; Mingueza, Lenglet, Araújo, Alba; Busquets, De Jong, Pedri; Dembélé, Griezmann y Braithwaite. Por su parte, el conjunto de Imanol Alguacil saltaba al verde con Remiro; Gorosabel, Zubeldia, Le Normand, Monreal; Guridi, Merino, Guevara; Oyarzabal, Portu e Isak.

Un año se cumplía de la destitución de Ernesto Valverde, una decisión que pudo pasar factura al devenir del Barcelona, pero esta Supercopa era una nueva oportunidad para regresar a la senda de los títulos en la era Koeman. No sería fácil conseguir levantar el trofeo, menos aún viendo cómo salió la Real Sociedad al partido. Los de Alguacil saltaron al campo a morder. La consigna era clara: si un jugador del Barça se ofrecía a recibir el balón, sentía el aliento de un futbolista txuri-urdin para que los azulgranas no pudiesen hacer nada.

Y así fue durante casi media hora. Era imposible que los donostiarras aguantasen así todo el partido. El gran problema fue que durante esos minutos que fueron superiores predominó la incapacidad de hacer gol. Isak de cabeza, Portu con un disparo demasiado cruzado, otro testarazo de Le Normand y un paradón de Ter Stegen en un mano a mano al delantero sueco fueron la carta de presentación de la Real Sociedad. Prácticamente todas esas ocasiones llegaron tras robos gracias a la presión intensa. Guridi y Guevara eran las sombras de Busquets y Pedri respectivamente y hacían que el Barcelona fuera incapaz de dar cuatro pases seguidos.

La Real baja un pistón

Comenzó a bajar una marcha el conjunto dirigido por Imanol Alguacil y el Barcelona comenzó a sentirse más cómodo sobre el verde. Una vez pudieron moverse con más libertad Busquets y Pedri el juego culé mejoró. A ellos se le sumó un desequilibrante Ousmane Dembélé que le dio otra velocidad al juego del equipo de Ronald Koeman. La primera ocasión azulgrana llegó con un disparo lejano de Lenglet, pero posteriormente Braithwaite, que jugó por el costado izquierdo, probó a Remiro, saliendo victorioso el arquero de la Real.

Pedri comenzaba a encontrar los espacios que durante el primer tramo de encuentro no lograba ver y el sus compañeros acabaron encontrando el gol. Braithwaite al hueco a Griezmann, que apura hasta línea de fondo antes de colgar el balón al sitio exacto donde aparecería Frenkie de Jong para meter la cabeza y superar a Remiro cinco minutos antes del intermedio. Se adelantaban los azulgranas y se marcharon con un 0-1 al descanso, marcador con el que, sin duda, se irían bastante contentos tras ver un inicio de partido en el que sufrieron a todo poder, como diría el bueno de Iniesta.

Arrancó la segunda mitad y, como es habitual en el mes de enero, al Barcelona se le presentó la famosa cuesta post Navidad. A los cinco minutos igualaba la contienda Oyarzabal desde el punto de penalti al engañar a Ter Stegen tras un penalti cometido por Frenkie de Jong, que sacó la mano a pasear en un centro donostiarra. El holandés pasó de héroe a villano en menos de media hora. Empataba el partido la Real Sociedad e inmediatamente después el holandés pudo resarcirse con una buena jugada que acabó desperdiciando por tardar en disparar, en la que, además, hizo falta pateando al rival.

Fundidos a la prórroga

De nuevo la Real Sociedad se creció y volvió al plan inicial de presión para incomodar al Barcelona, pero los culés encontraban más huecos y el partido entró en una fase de locura en la que ambos conjuntos atacaban, como si la Supercopa, que el año pasado se fue a Arabia, ahora fuera la Premier League. Griezmann rozó el gol con una buena volea en el segundo palo tras un centro sutil de Sergio Busquets. O Dembélé, que tras una contra perfecta, caracoleó en la frontal y desde la media luna se sacó un disparo que lamió el poste. Los donostiarras atacaban, pero la defensa azulgrana se mostraba firme, recuperando esa asignatura pendiente que le ha perseguido todo el curso.

Entre tanta ida y vuelta Isak protagonizó un buen duelo con Araújo. Velocidad, poderío físico… en todo se midieron ambos, pero por acierto del defensor y desacierto del atacante de cara a portería continuaba el 1-1 en el marcador cuando se entró en la recta final del partido. Restaban 15 minutos y se comenzaba a notar el cansancio de los futbolistas tras un partido de grandes exigencias y un esfuerzo brutal, aunque el que parecía que seguía fresco era Frenkie de Jong, sin duda, uno de los hombres del partido pese al penalti que cometió, pareciendo en ocasiones Marcos Llorente adelantando su posición y realizando bastantes cabalgadas con las que dejaba atrás a sus adversarios.

El partido estaba roto y los futbolistas de ambos equipos destrozados. Cualquiera que hubiera jugado de inicio parecía ya un jugador del FIFA al que se le ha agotado la barra de energía. Hasta Munuera Montero estaba desfondado. Se vio claramente cuando pitó el final del partido y veía que todavía le quedaba otra media hora corriendo de un lado a otro. Un breve refresco y de nuevo a la batalla, con las caras nuevas de Riqui Puig y Pjanic ocupando los puestos de Pedri y Busquets. Otro de los que entró fue Zaldúa, que a los pocos minutos de arrancar la prórroga se sacó un zapatazo desde más de 30 metros para obligar a Ter Stegen a hacer una palomita espectacular con la que evitó el segundo tanto donostiarra.

Griezmann emula a Ramos y Baggio

La batalla era intensa pese a que ya todos estaban en reserva. Dembélé tuvo una buena ocasión, pero Remiro logró blocar su disparo y el francés dio el susto, pero todo se quedó en un calambre. Llegó el descanso y seguido a jugar los otros 15 minutos. En el segundo acto, otra vez el guardameta de la Real salvó a los suyos con un paradón a bocajarro a Antoine Griezmann. Los donostiarras también la tuvieron, pero Januzaj, tras recorrerse todo el campo, se topó con las uñas de Ter Stegen para evitar la derrota de los suyos, porque minutos después fue el palo el que negó el gol al extremo belga antes de que el colegiado señalase el final y el ganador se decidiese en los penaltis.

La fortuna de los penaltis cayó del lado del Barcelona, que se convierte en el primer finalista de la Supercopa de España, gracias a Marc André Ter Stegen, que detuvo los penaltis a Bautista y a Oyarzabal. Willian José continuó con el gafe y mandó su lanzamiento al palo, al igual que De Jong. Dembélé y Pjanic no fallaron. Merino dio esperanzas a la remontada y Griezmann también al mandar su pena máxima al quinto anfiteatro del Arcángel. Januzaj puso las tablas y Riqui Puig decidía anotando el quinto, permitiendo ganar a los azulgranas 2-3 en la tanda.

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