El Real Madrid también gobierna en Alemania (66-81)
La máquina madridista sigue en racha. El Real Madrid logró su quinto triunfo consecutivo, el tercero en Euroliga, tras derrotar al Brose Bamberg por 66-81 en un encuentro prácticamente perfecto del conjunto blanco, que recordó una tarde más al de los grandes días con una versión sobresaliente tanto en ataque, como sobretodo en defensa. Thompkins, Causeur y Tavares se desmarcaron como las estrellas de la exhibición de un equipo en racha que hace temblar Europa.
El Real Madrid llegaba lanzado al partido después de tres victorias consecutivas en las que los pupilos de Pablo Laso impusieron su brillante juego a los múltiples problemas encontrados. Por ello, el técnico vasco no cambió su estarategia y volvió a dejar a Doncic en el banco de primeras. La respuesta por parte de los titulares fue inmejorable.
Tavares como ancla en la zona, Campazzo dirigiendo, Yusta defendiendo y respondiendo a la oportunidad y Causeur y Thompkins como infalibles ejecutores. La llegada de la segunda unidad, ya con Doncic en cancha, no hizo sino confirmar, al igual que el 13-29 del luminoso, la sublime actuación de los blancos en el primer cuarto.
La expulsión por doble técnica de Luka Doncic el pasado martes no ha tenido más que consecuencias positivas para el Real Madrid. Jugadores teóricamente secundarios se convirtieron en principales para poder sumar el triunfo frente al Valencia, y la conquista de los puntos insufló una confianza extra a los miembros de la plantilla anteriormente mencionados, algo que sumado al regreso de Luka convirtió al conjunto blanco en imparable en Alemania.
Dentro de las destacadas actuaciones de los secundarios madridistas, es justo hacer hincapié en Santi Yusta. El canterano de sólo 20 años volvió a convencer a Laso de que está preparado para tener minutos importantes, y sobre todo, que con su energía en ambos lados de la cancha, puede acabar siendo un pilar del Real Madrid a medio plazo.
Los minutos fueron pasando, pero la ventaja nunca bajó de diez puntos, por lo que la tranquilidad en el banquillo madridista siempre estuvo presente. El considerable poderío que representa Luka Doncic desde el exterior –a pesar de su escaso partido en anotación– se vio compensada por el acierto de Thompkins, de nuevo estrella, y Felipe Reyes desde los puestos interiores. Ellos son el claro ejemplo de unidad y calidad de un equipo resquebrajado por las lesiones y que, a pesar de todo, sigue compitiendo en cada partido.