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PREMIER LEAGUE

Leicester campeón: con unas prostitutas tailandesas empezó todo

El Leicester se ha proclamado campeón de la Premier League por primera vez en sus 132 años de historia, pero el rumbo de este modesto equipo inglés cambió a final de la temporada pasada con un escándalo sexual.

Hace menos de 365 días, los foxes se encontraban en Thailandia, país de origen del presidente del club Vichai Srivaddhanaprabha, celebrando la salvación del equipo. Una recta final de campaña apoteósica (ocho jornadas consecutivas sin perder) le habían alzado a la decimocuarta posición después de estar en el alambre del descenso durante una buena parte del curso y esto era motivo de premio por parte del jefe.

Todo era felicidad en el Leicester por mantener la categoría otro año más en la Premier League, pero tres integrantes de la primera plantilla no supieron mantener la compostura. El portero Adam Smith, el delantero Tom Hopper y el defensa James Pearson, hijo del entrenador Nigel Pearson, pasaron una noche con unas prostitutas tailandesas y las imágenes se difundieron por todo el mundo.

Tres jugadores del Leicester fueron pillados con prostitutas.

Los tres futbolistas estaban desnudos y proferían insultos racistas contra las mujeres, a las que llamaban «ojos rasgados». Inmediatamente, el Leicester abrió investigación sobre estos jugadores, que a pesar de disculparse públicamente, fueron sancionados inicialmente y pocas semanas después abandonaron la entidad.

Smith fue vendido al Northampton Town, equipo de la cuarta división inglesa (liga que había estado disputando durante las cesiones de los foxes). Hopper hizo también las maletas pero al Scunthorpe United de una categoría superior a la de su compañero hasta entonces. El primogénito del técnico, James Pearson, también acabó en estas competiciones menores en calidad de traspasado, concretamente en el Barnet.

Vichai Raksriaksorn, el dueño del Leicester. (Getty)

Pero lo que más llamó la atención fue la marcha del entrenador. Nigel abandonó su cargo unos días después de estos acontecimientos, oficialmente por «diferencias insalvables en los puntos de vista» con el club. 

Su relación con la prensa era tensa y este escándalo no había ayudado a mejorarla, más estando su hijo de por medio. Sin embargo, la citada remontada del Leicester le había dado el crédito suficiente al menos de la afición para poder continuar con un proyecto que iba a cumplir su quinta temporada en los foxes.

Ranieri, fracaso contra las Islas Feroe

Con casi 30 años de experiencia en los banquillos de media Europa, Claudio Ranieri era el elegido por King Power Internacional, la empresa tailandesa dueña del Leicester. 

Claudio Ranieri dirige al Leicester. (Getty)

El italiano tras dirigir durante su carrera como entrenador a nueve equipos italianos, dos españoles, un francés y un inglés, había fracasado en su última experiencia al frente de Grecia, precisamente de la primera selección a la que dirigía.

Ésta apenas había durado unos meses ya que el combinado heleno sólo había sumado un punto en las primeras cuatro jornadas de clasificación para la Eurocopa de Francia y la derrota ante las Islas Feroe (0-1) en propio territorio griego precipitaba su destitución. 

Las voces críticas respecto a Ranieri decían que ésta sería su última etapa como entrenador, pero la oportunidad de su vida llegó por una situación rocambolesca. 

El natural de Roma, a sus 64 años de edad, reforzó al Leicester con Fuchs (Schalke), Okazaki (Mainz) y Kanté (Caen) como pesos pesados que han demostrado ser esta temporada, aparte de otros actores secundarios tales como Benalouane, Inler y Dyer.

Los jugadores del Leicester celebran el gol ante el Southampton. (Getty)

Sin embargo, la marcha de Powell al Manchester United, su club de origen antes de la cesión, y de Cambiasso al Olympiacos habían hecho que desapareciesen dos futbolistas muy importantes en la columna vertebral de los foxes.

Hoy, tras hacerse oficial la primera Premier League de la historia de la entidad después de las tres Copas de la Liga y una Supercopa de Inglaterra que tenían en sus vitrinas hace casi 50 años, se ha demostrado que en el fútbol no hay nada escrito.