La nueva España está en proceso

España se llevó el primer gran varapalo de la era Luis Enrique el domingo a eso de las cinco de la tarde. El gol de Harry Kane sepultaba la posibilidades del combinado nacional de estar en la Final Four de la Liga de las Naciones. Y teniendo en cuenta como se desarrollaron los acontecimientos, se puede afirmar que la Selección ha dejado pasar la oportunidad de poder pelear por un título, algo que no hace desde 2013, cuando perdió la Copa Confederaciones ante Brasil en Maracaná.

Pero no todo es malo para el combinado dirigido por el asturiano. España comenzó ante Bosnia su camino hacia la Eurocopa 2020, su principal objetivo. La Liga de las Naciones era un caramelo muy dulce, pero la Selección es consciente de que lo realmente importante es estar en la cita continental.

Luis Enrique llegó a una Selección en la que sus pesos pesados, esos que contribuyeron a ganar la triple corona, lo estaban dejando. Rusia vio el fin de hombres como Iniesta, Piqué y Silva. Antes, jugadores de la talla de Xabi, Xavi o Villa, entre otros, ya habían dado un paso al lado. Por ello, el seleccionador no ha tenido más remedio que ir incorporando jugadores muy jóvenes y acometer el cambio generacional de forma definitiva.

España saltó al estadio de Gran Canaria con un once titular que tenía una media de edad de 24 años y 71 días, el equipo inicial más joven desde el 30 de marzo de 2005 (Kepa; Jonny, Llorente, Hermoso, Gayá; Rodrigo, Ceballos, Isco; Asensio, Suso y Morata). El más joven era Ceballos, con 22 años, tres meses y 11 días, mientras que el más veterano fue Isco con 26 años, seis meses y 25 días. El malagueño fue capitán tras defender la camiseta de España sólo 35 veces.

Se puede decir que la nueva España ha nacido. No se sabe si ganará o naufragará, pero ahora sí que ha llegado el momento de olvidar a la mejor generación de la historia de nuestro fútbol para comenzar a mirar a los Hermoso, Llorente, Fornals, Ceballos, Asensio o Brais, debutante y goleador.