El negocio Arthur – Pjanic: otro fracaso del Barcelona

Miralem Pjanic no está rindiendo como se esperaba en el Barcelona. El futbolista bosnio llegaba para reforzar la medular y ocupar el puesto que dejaba Arthur Melo, pero el ex de la Juventus no ha convencido a un Ronald Koeman que prefiere seguir manteniendo la pareja De Jong – Sergio Busquets o, incluso, cuando uno de esos dos falta, meter a Pedri en una posición más atrasada.

Hasta el momento, Pjanic ha disputado nueve partidos de Liga, siendo sólo en dos de ellos titular.  El último de ellos, en la cómoda victoria de los azulgranas frente al Valladolid, donde las ausencias de futbolistas como Coutinho o Griezmann permitieron ver la mejor versión de un Leo Messi que se asoció a las mil maravillas con Pedri, generando un clima de optimismo y de ilusión a los aficionados del Barcelona.

Antes de llegar al choque disputado ante el conjunto pucelano, Pjanic vivió unas jornadas en las que sufrió por no jugar. Por ejemplo, ante la Real Sociedad el Barcelona se impuso 2-1 y Ronald Koeman prefirió dar entrada a Carles Aleñá antes que al bosnio, aunque ese día acabaría jugando un cuarto de hora. Contra el Valencia, también en el Camp Nou, Pedri fue titular en el doble pivote y en la segunda mitad, cuando se preparaba para entrar el conjunto che anotó el 2-2 y el entrenador del Barça lo mandó de nuevo al banquillo. También acabaría saltando al rectángulo de juego, pero en el minuto 85.

El ex de la Juventus ya se ha quejado públicamente por su falta de minutos. Acostumbrado a ser importante en la Vecchia Signora, Miralem Pjanic está viéndose  relegado a un segundo plano en el Camp Nou. En la Liga Santander ha jugado únicamente 281 minutos, que contrastan con los 471′ de la Champions League. El centrocampista bosnio ha sido titular en todos los encuentros de la máxima competición continental, siendo el futbolista con el que Koeman trata de darle descanso a Sergio Busquets.

En total 752 minutos en lo que va de temporada que chocan con los más de 1.000 que suma, por ejemplo, el canario Pedri en sus piernas entre Liga y Champions League. Pjanic, un veterano futbolista con bastante experiencia al más alto nivel no está contento con la pérdida de protagonismo al fichar por el Barcelona y encima ve como los más jóvenes vienen pisando fuerte y le están robando esos minutos que tanto ansía.

Y es que cuando ha estado sobre el verde Miralem Pjanic tampoco ha demostrado que se merezca esos minutos. Contra el Valladolid firmó uno de sus mejores partidos como culé, pero estuvo en sintonía con todo el equipo para golear al equipo de Sergio González en el José Zorrilla. Antes de esta victoria, el bosnio ha ofrecido una versión fría y con un rendimiento mucho peor del que se esperaba.

Esto lleva a acordarse de esa operación que el Barcelona firmó para ficharle. Los azulgranas accedieron a vender a Arthur Melo a la Juventus para ingresar el dinero necesario para cumplir con las cuentas, pero después tenían que contratar a Miralem Pjanic. Prácticamente un trueque que todo aficionado culé y cualquier espectador veían como una operación chapucera. Fichaban a un futbolista de 30 años y se desprendían de uno de 24 cuando lo que la plantilla y el club necesitaba era una renovación del equipo.

Además del tema de las edades, ahora sobre el campo se está reflejando que, tal vez, la operación deportivamente no fuera demasiado buena. Arthur también está necesitando su tiempo de adaptación a la Juventus, pero ha dejado ya buenos detalles con los que su club y su afición están muy contentos. En la Serie A ha jugado más minutos que Pjanic, pero a diferencia del bosnio, donde descansa el brasileño es en la Champions.

En definitiva, prácticamente se ha disputado un tercio de la temporada, pero viendo a ambos futbolistas se puede decir que Arthur ha despertado más optimismo y confianza en su nuevo equipo que Pjanic en el Barcelona. Todavía queda mucho por delante y Busquets necesitará más descanso, pero el bosnio necesita subir ese rendimiento con el que poder convencer a Ronald Koeman de que le dé más oportunidades de las que ha tenido hasta el momento para que sus quejas pública sobre su falta de minutos tengan una buena base en la que apoyarse.