Mirotic vivió un auténtico infierno en su regreso a Madrid

“Todo el mundo sabe lo que va a pasar”. Así resumía Alex Abrines, uno de los fichajes estelares del Barcelona, el recibimiento que iba a tener que vivir Nikola Mirotic en su regreso a Madrid. En el primer partido oficial de la temporada, el hispano montenegrino, canterano del Real Madrid y flamante incorporación del eterno rival, debió enfrentarse a un ambiente más que hostil en el que los silbidos y los insultos fueron una constante. Al fin y al cabo, lo sabían hasta sus compañeros. Era lo esperado.

La presentación del Fútbol Club Barcelona a instantes del comienzo de la primera semifinal de la Supercopa Endesa dejó la primera muestra de las ganas que le tiene el aficionado de Madrid a Mirotic. El que fuera hijo pródigo del equipo blanco decidió regresar de la NBA, pero en lugar de hacerlo al club que le formó, se decidió sin pensarlo demasiado por el dinero que llegaba desde la Ciudad Condal. La traición no se perdona y el sonido de viento reventó los tímpanos de los presentes en el Wizink Center.

Ni siquiera hizo falta un encuentro con el Real Madrid sobre la pista. Valencia Basket fue el rival del Barça en la semifinal más tempranera de la Supercopa, y Mirotic fue perseguido en cada balón que tocó durante el encuentro. “Rata” o “traidor” fueron algunos de los desagrabales sobrenombres que tuvo que aguantar el internacional español –ausente en el Mundial– durante el encuentro, lo que no hizo que tomara protagonismo en ataque, asumiendo tiros dentro del nerviosismo lógico derivado de una situación extrema, la primera de las muchas que le esperan a Niko después de tomar una decisión que revolucionó el mundo del baloncesto.