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CAMPEÓN DEL MUNDO DE MOTOGP

Marc Márquez es inmortal: cinco años y cuatro operaciones después vuelve a reinar en MotoGP

Se operó cuatro veces en dos años del húmero derecho como consecuencia de su fatídica caída en Jerez

Cinco años después de aquel accidente, Márquez ha vuelto a la cima para ganar su séptimo título de MotoGP

Marc Márquez es inmortal. El español ha resucitado de entre los muertos para volver a ser campeón del mundo de MotoGP por séptima vez en su carrera. Cinco años después de aquella fatídica en Jerez y cuatro operaciones después, el de Cervera se ha levantado para conseguir lo que muchos pensaban que era imposible, su séptimo título de MotoGP. Con este son nueve los títulos que ha logrado entre todas las categorías, los mismos que Valentino Rossi.

Sin duda que este es uno de los títulos más especiales para Marc Márquez. Aquel 19 de julio de 2020 comenzó un infierno para el piloto español cuando sufrió una fortísima caída en la curva 3 del circuito de Jerez. Desde entonces empezó un calvario que parecía no tener fin. Así lo demuestran las cuatro operaciones a las que se sometió en cuestión de dos años.

En la primera operación (21-07-2020), realizada dos días después del accidente, le colocaron una placa de titanio con 12 tornillos para fijar la fractura diafisaria transversal del tercio medio del húmero de su brazo derecho. 13 días después (03-08-2020) tiene que ser operado por segunda vez para que le coloquen de nuevo la placa que se le había roto, como consecuencia de una acumulación de estrés en la zona.

Cuatro meses después (03-12-2020) Marc Márquez pasa por el quirófano por tercera vez en el hospital Ruber Internacional de Madrid. La fractura no sanó correctamente y tuvo que ser intervenido de una pseudoartrosis tras su fractura inicial en el húmero derecho. Al ver que la lesión no mejoraba, el entonces piloto del Repsol Honda se operó por cuarta vez el 3 de junio de 2022 en la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota) a cargo del Dr. Joaquín Sánchez Sotelo.

La cirugía, según explicó el parte médico, consistió en la extracción de los 2 tornillos proximales de la placa posterior colocada en diciembre de 2020, seguida de una osteotomía humeral rotacional. La finalidad no era otra que poner punto y final al calvario que estaba viviendo. «Esto es para ganar», le dijo Márquez a Honda señalando la cicatriz a modo de ultimátum. Por el camino, Marc había logrado tres victorias en 2021 (Sachsenring, Austin y Misano) estando lesionado todavía.

Una operación para volver a ganar

El 93 siguió apostando por Honda a pesar de que la moto era cada vez peor y él estaba cada vez más lejos de los puestos delanteros. Marc Márquez sufría para estar en Q2 e incluso tenía que coger rueda de algún piloto para poder meterse. Aun así apostó por la marca japonesa, que se lo había dado todo desde que subió a MotoGP. Lo hizo durante un año más, pero al ver que las cosas no mejoraban decidió buscarse la vida fuera de Honda para intentar reencontrarse.

Su objetivo no era otro que averiguar si todavía era capaz de ir rápido o debía colgar el mono y poner punto y final a su carrera. Por eso decidió dar un paso atrás, ir a un equipo satélite como Gresini, con la moto que había sido campeona del mundo el año anterior y comprobar si aún tenía la velocidad para luchar por otro Mundial en MotoGP. Y vaya si la tenía. El primer día que se subió a la Ducati en el test de Valencia fue rápido desde el inicio y dejó boquiabiertos a todos los jefes del fabricante italiano.

Ese año terminó tercero del Mundial y se ganó un sitio en el mejor box de toda la parrilla, el del Ducati Lenovo, con moto oficial. Marc Márquez estaba de vuelta en un equipo oficial y esta vez tenía a Pecco Bagnaia, dos veces campeón del mundo y actual subcampeón, al otro lado del box. Era un reto grande, pero lo ha resuelto con nota. El español ha arrasado desde el principio en un año en el que él ha sido su único rival. Al final, ha conseguido el objetivo que se propuso cuando se operó por cuarta vez: volver a ganar. Y lo ha hecho a lo campeón, arrasando.