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JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO 2016

El lado oscuro de Río: nadie se para en los semáforos de noche para evitar los atracos

Los primeros Juegos Olímpicos que tienen lugar en Sudamérica hace que todo el planeta mire a Río de Janeiro. Las medallas de Phelps, la revolución de Simone Biles y la velocidad de Bolt parecen ser la ley que impera en esta cita olímpica. Sin embargo, existe una cara B de Río que pasa totalmente inadvertida para la mayoría de aficionados y que rige cada noche en la ciudad carioca.

Cuando el sol se esconde y cae la noche, Río sigue teniendo cantidad de turistas y cariocas dispuestos a vivir la noche de la Cidade Maravilhosa, por ello el tráfico denso  en cada punto de la ciudad no se ve reduciendo aunque ya no haya ningún rayo de sol. Es más, todo se vuelve completamente anárquico.

En Río, es ordinario saltarse los semáforos en rojo de madrugada, más concretamente entre las 23 horas y las 5 de la mañana, para así rehuir que cualquier conductor pueda quedarse parado en mitad de la noche. ¿La razón? Los atracos y la violencia.

Y a causa de ello existe un proyecto de ley en el Congreso, donde se especifica que “pueden quitarse las multas en lugares poco iluminados o con ausencia de gente en la calle”. Algo que todavía está en proyecto de ley en la administración se produce constantemente cuando un cliente se sube a un taxi o a un Úber, el medio de transporte más utilizado en Río de Janeiro. Además, todos los coches tienen los cristales tintados y el conductor siempre se encarga de bloquear las puertas una vez hayan subido todos los pasajeros.

Esta es una de las maneras que se tiene para eludir la violencia callejera nocturna que aumenta exponencialmente ante la oscuridad de la noche. Un hecho inaudito para un europeo pero que resulta completamente normal para cualquier persona que vive en Río.