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'CASO NEGREIRA'

El juez cree que hubo «corrupción sistémica» en el arbitraje con Negreira y perjudicó al Real Madrid

El Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, encabezado por Joaquín Aguirre, ha dictado un auto en el que asegura que los pagos del FC Barcelona a José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), perjudicaron a «cualquier equipo de Primera División que haya coincidido con el FC Barcelona durante los años objeto de investigación». Además, rechaza la petición del Barça de apartar al Real Madrid de la causa. Alega que, «en cuanto ofendido por el delito», el club blanco tiene derecho a permanecer en ella.

El caso Negreira acelera en la Justicia tras conocerse este martes un nuevo auto firmado por el juez instructor de la causa, en el que se señala un panorama de posible «corrupción sistémica» en el seno del CTA. Se trata de varios escritos en los que Joaquín Aguirre responde a varias cuestiones pendientes dentro del procedimiento, planteadas por las partes, así como notifica a algunos de los actores la práctica de nuevas diligencias. Uno de los requeridos es la Real Federación Española de Fútbol, que deberá aportar nueva documentación para tratar de esclarecer los hechos

«Corrupción sistémica»

Según entiende el magistrado en su escrito, «ha de tenerse en cuenta que Enríquez Negreira era uno de los tres vicepresidentes del CTA (…) y tiene, entre otras misiones, designar a los árbitros encargados de dirigir los partidos de 1ª División, categoría a la que pertenece el FC Barcelona».

Por tanto, el juez considera que cualquier equipo de la 1ª División que haya coincidido con el FC Barcelona durante los años objeto de investigación «debe ser admitido como ofendido» por el delito. Esto tumba no sólo la petición del club blaugrana de echar al Real Madrid de la causa, sino que abre la puerta a que otros clubes puedan ejercer acciones semejantes.

El instructor recuerda que el procedimiento tiene por objeto determinar si el pago anual del Barça a José María Enríquez Negreira de cantidades de hasta 700.000 €, a través de las entidades DASNIL 95, SL, NILSAD, SCP y de SOCCERCAM, «tiene carácter delictivo o no». Dado el poder que tenía Negreira sobre el ascenso de los árbitros, el magistrado afirma que podría tratarse de «una forma novedosa de posible retribución ilegítima a árbitros de fútbol».

Informes dudosos

Y recalca que «se presume por pura lógica que el FC Barcelona no pagaría al vicepresidente Negreira en torno a 7 millones de euros desde el año 2001 si no le beneficiara». Y pone en entredicho la excusa planteada por los Negreira, que alegan que los pagos se realizaron a cambio de la elaboración de una serie de informes técnicos sobre árbitros.

Destaca que esos pagos no se realizaron «por la bondad de los informes en sí mismos, sino por la condición de Negreira como miembro de la terna de vicepresidentes del CTA, cuya función no era simplemente representativa, sino que ejercía funciones de relevancia significativa en la calificación y designación de los árbitros».

Real Madrid

El juez rechaza, por tanto, la petición del FC Barcelona para expulsar del proceso al Real Madrid como acusación particular. El magistrado subraya que «debe tenerse como acusación particular al Real Madrid CF en cuanto ofendido por el delito como cualquier otro equipo de primera división». 

Y añade: «Si el FC Barcelona ha pagado a uno de los vicepresidentes del Comité Técnico de Árbitros para diseñar un determinado tipo de arbitraje debe reconocerse ineludiblemente que cualquier participante en la competición debería tener la condición de víctima, pues ese diseño a medida del arbitraje si favorece a un equipo es que perjudica a los demás, los cuales deben ser tenidos como víctimas del delito».

Informe Guardia Civil

Este auto llega después de que la Guardia Civil haya denunciado que el Comité Técnico de Árbitros (CTA) fue un organismo con un «funcionamiento irregular» que tomaba «decisiones arbitrarias que no habrían tenido siempre un respaldo deportivo imparcial» durante la época en el que José María Enríquez Negreira era su vicepresidente. Así lo ha concluido el instituto armado en el informe que le pidió el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, encargado de estudiar el caso.

En cuanto a la relación entre Enríquez Negreira y el Barcelona, que le pagó al ex árbitro más de 7 millones de euros durante casi dos décadas de servicios al club, la Guardia Civil expone que dichos servicios «no se encuentran amparados por soporte documental más allá de las facturas», dejando muy entredicho que existiera esa supuesta asesoría.

En este sentido, el informe también recalca la extrañeza de que, pese a esos pagos millonarios que recibió por parte del FC Barcelona, el antiguo número dos de los árbitros «no experimentara un incremento de patrimonio» y que sacara dichos fondos de las entidades bancarias mediante «cheques al portador», así como extracciones en efectivo que llegaron a superar el medio millón de euros y cuyos destinatarios continúan siendo una completa incógnita.

En cuanto a la importancia del CTA y de la influencia que ejercía Negreira en los ascenso y descensos de árbitros durante su época en el organismo, el informe recuerda que «sólo los árbitros de Primera División pueden llegar a ser árbitros internacionales con el incremento retributivo que supone», dejando claro el poder que tenía el vicepresidente de la organización arbitral durante la época de Victoriano Sánchez Arminio.

«Además, los honorarios dependen de número total de partidos arbitrados, que es decisión del CTA. El propio CTA es el encargado de castigar a los árbitros por sus errores (lo que en el argot se denomina meter en la nevera) o designarlos para los grandes partidos», resaltan los agentes en su investigación.

Enríquez Negreira se valió de su ventajosa posición para crear un sistema de corrupción sistemática a través del índice con el que ascendió y descendía a los colegiados. Eso, incluso, le valió para enchufar a su hijo en las charlas del CTA y convertirle en su aliado para controlar a los colegiados, especialmente cuando visitaban Barcelona. Por todos estos factores, el juez ve indicios de un delito de «corrupción deportiva».